El Dicasterio para el Diálogo Interreligioso ha dirigido a los musulmanes también este año un mensaje para el mes sagrado del Ramadan. El texto, dirigido a cristianos y musulmanes, es un llamamiento en firme a apagar el fuego del odio y de la violencia y a encender la dulce vela de la paz.
Mensaje completo en francés, árabe, inglés e italiano.
Alarmante aumento de los conflictos
Se trata de un mensaje de «cercanía y amistad» difundido el pasado 15 de marzo, que contiene un llamamiento a cristianos y musulmanes: «a apagar el fuego de la guerra y encender la vela de la paz». La premisa de la que parte el texto es la constatación de un aumento «realmente alarmante» de los conflictos: desde combates militares hasta enfrentamientos armados de diversa intensidad en los que participan Estados, organizaciones criminales, bandas armadas y civiles.
Hay quienes se alegran del comercio inmoral de armas
El texto se centra en las causas de los conflictos, identificando el motivo principal de la continua producción y comercio de armas, junto con el «perenne deseo humano de dominación, las ambiciones geopolíticas y los intereses económicos». Hay quienes sufren mucho, se observa, y hay quienes se alegran «cínicamente del gran beneficio económico que se deriva de este comercio inmoral», se afirma, citando lo que dijo el Papa Francisco al respecto: «es como empapar un bocado de pan en la sangre de nuestro hermano».
En la guerra todos pierden
El cardenal Prefecto Ayuso Guixot y el secretario monseñor Indunil Kankanamalage, que firman el mensaje, subrayaron por otra parte que «el deseo de paz y de seguridad está profundamente arraigado en el alma de toda persona de buena voluntad». Observan que «la destrucción de infraestructuras y propiedades hace la vida irremediablemente difícil, si no imposible». Destacan la preocupante situación de los desplazados y refugiados a causa de las guerras y reiteran inequívocamente: «Toda guerra es fratricida, inútil, sin sentido y oscura. En la guerra todos pierden».
Formar conciencias para respetar la vida
El mensaje de Ramadán nos recuerda que todas las religiones consideran la vida humana sagrada y, por tanto, digna de respeto y protección. Además, se acoge con alivio que cada año haya menos estados que permitan y practiquen la pena capital. “Un sentido despertado de respeto por esta dignidad fundamental del don de la vida contribuirá a la creencia de que se debe rechazar la guerra y valorar la paz”. De ahí el llamamiento a la conciencia que debe ser entrenada «para respetar el valor absoluto de la vida de cada persona y su derecho a la integridad física, a la seguridad y a una vida digna». Este camino contribuirá a la «condena y al rechazo de la guerra, de toda guerra y de todas las guerras».
Unidos para apagar el fuego del odio
El mensaje concluye con la exhortación a mirar al Todopoderoso como Dios de paz, fuente de paz, considerando de la misma manera que la paz es fruto del esfuerzo humano. Hay que construirlo y protegerlo. «Unámonos para apagar el fuego del odio, la violencia y la guerra y, en cambio, encendamos la dulce vela de la paz, aprovechando los recursos para la paz que están presentes en nuestras ricas tradiciones humanas y religiosas», es el sincero llamamiento a las hermanas y a los hermanos musulmanes. Que el ayuno y las otras prácticas piadosas durante el mes de Ramadán y la celebración del ‘Id al-Fitr que lo concluye traigan «abundantes frutos de paz, esperanza y alegría».
(Fuente: Vatican News)