Asilah: Las raíces del árbol que da nuevos brotes

Permítase este titular, un poco poético, que hace referencia al acto que tuvo lugar el pasado sábado 12 de octubre en la Parroquia de San Bartolomé de Asilah. A las 18h tuvo lugar la eucaristía, momento para la acción de gracias al Instituto de la Bienaventurada Virgen María – Congregación de Jesús y la bienvenida a las Misioneras del Señor de los Corazones y de Santa María de Guadalupe.

Durante la homilía, Fr. Emilio Rocha, ofm, arzobispo de Tánger, que presidía la celebración junto al párroco, Fr. Marko, aludió a la imagen del árbol y sus raíces: cuándo el árbol es grande, las raíces son fuertes. Esta metáfora sirve para expresar la obra caritativa y social de la Iglesia en esta ciudad que, a través del Instituto religioso IBVM ha trabajado notablemente por el empoderamiento de las mujeres, la atención y educación a los niños, jóvenes y la población local, en general, desde 1997. Ahora, la nueva comunidad religiosa que toma el relevo, no parte de cero, sino que viene a ser el florecer de nuevos brotes, al servicio de la comunidad cristiana del lugar y de la sociedad marroquí. Las nuevas religiosas, provenientes de México, se llaman Juliana Leonor Trujillo, Teresa Martínez y Luz del Carmen Velasco y estuvieron acompañadas en su llegada a Marruecos por la madre superiora general de la congregación, Ana Lidia Méndez; la vicaria general, Lidia Ortiz; y una madre consejera, Evencia González.

Esta despedida y bienvenida contó con la participación de los fieles de la parroquia, otros residentes de temporada en Asilah, representantes de todas las comunidades religiosas femeninas de la ciudad de Tánger, así como otras personas, provenientes de Ksar el Kebir, Martil, Nador e incluso Melilla.

María López de Haro, del Instituto de la Bienaventurada Virgen María, fundado por la inglesa Mary Ward, es la última representante de esta institución religiosa en Asilah, que ahora regresa a España, a la comunidad presente en Castilleja de la Cuesta (Sevilla). Las religiosas del consejo provincial del IBVM estuvieron presentes, compartiendo este momento especial que testimonia cómo las misiones pueden evolucionar y adaptarse, de tal manera que el trabajo iniciado por una comunidad puede continuar adelante bajo nuevas manos.


Unos días antes, el 9 de octubre, tuvo lugar una celebración de agradecimiento por parte de los voluntarios y trabajadores en la obra social presente en Asilah, que no resultó menos entrañable que la del sábado día 12. Así nos lo relata la misma María López de Haro:

La vida continúa…
A lo largo del mes de septiembre hemos venido preparando esta despedida y concretamente el miércoles 9 de octubre hemos celebrado una despedida con las personas más allegadas a la misión en Asilah; éramos un pequeño grupo de unos 35, formado por las personas que durante estos 27 años han hecho posible que nuestra misión se llevara a cabo tanto en lo educativo como en lo social: voluntariado de Asilah y de España, miembros de nuestra Fundación Kambia, y un grupo de religiosas del IBVM. Contamos igualmente con la presencia de Fray Emilio y de Fray Marko, nuestro nuevo párroco de San Bartolomé.
Se trató de un acto sencillo y familiar en el que toda posible solemnidad fue sustituida por una ocasión de hacer ‘memoria agradecida’ ante la historia de estos 27 años de encuentro de dos culturas muy distintas, entre unas religiosas convocadas por el arzobispo Monseñor Peteiro en 1997 y unas mujeres musulmanas con hambre de cultura y de promoción personal y laboral, así como un buen número de chicos jóvenes que se han beneficiado de las clases de informática y de idiomas…
Ante un mural con las imágenes de las religiosas que habían sido misionadas a Asilah, de una forma espontánea y no exenta de emoción, se fue desgranando la historia de estos años de encuentros, servicio, educación, apoyo, amistad… También se oyeron experiencias de crecimiento personal y de trabajo social, que ha evolucionado conforme existían nuevos retos.
El acto terminó en torno a una taza de té y unos dulces marroquíes preparados por el profesorado. Ha sido una despedida atípica, se oyó decir. Eso sí, impregnada de agradecimiento recíproco.