Visita del nuncio en Marruecos a la Archidiócesis de Tánger

Del 22 al 27 de marzo 2024, Mons. Alfred Xuereb, nuncio del Papa en Marruecos, ha visitado algunas ciudades de la Archidiócesis de Tánger y ha participado en algunas celebraciones significativas de la Semana Santa.

El Domingo de Ramos, 24 de marzo, estuvo presente en la bendición de los ramos, en el claustro del arzobispado y concelebró la misa, en la que se recordó el inminente primer aniversario de la ordenación episcopal de Fr. Emilio Rocha, nuestro arzobispo, que se cumplia al día siguiente. El martes, día 26, la misa crismal, de bendición de los santos óleos, reunió a todo el presbiterio diocesano junto a su pastor diocesano y al nuncio.

Por otra parte, durante su visita, Mons. Alfred pudo conocer in situ las comunidades religiosas y sus obras sociales y caritativas, presentes en las ciudades de Tánger, Tetuán y Martil. Como él mismo ha expresado, le han causado una impresión muy positiva las iniciativas que la Iglesia lleva adelante en favor de las personas, marroquíes, inmigrantes, etc, para ayudarles a no vivir en la miseria, mejorar su situación de vida y recuperar la propia dignidad. También participó en un iftar coletivo organizado por el Centro marroquí por la tolerancia y el diálogo interreligioso que se desarrolló en el claustro del obispado, ocasión de toma de contacto con la sociedad tangerina y representantes de otras iglesias cristianas, del judaísmo y musulmanes.

Fr. Emilio Rocha, ofm, arzobispo de Tánger, ha destacado el valor de esta visita, por el significado que comporta de comunión con el Santo Padre, a través de la figura del nuncio, y por las fechas en que se ha producido, en torno a la fiesta principal de la fe cristiana: la pasión, muerte y resurrección de Jesús.

Iftar en el Arzobispado de Tánger

El claustro del Arzobispado de Tánger se ha transformado en el lugar de acogida de un iftar colectivo organizado por el Centro marroquí por la tolerancia y el diálogo interreligioso. Esta cena que rompe el ayuno diario durante el Ramadán ha tenido lugar el lunes 25 de marzo, con la presencia de personalidades musulmanas, de religión judía y con representantes cristianos, no solo católicos sino también evangélicos y anglicanos.

Mohammed Aabidou, presidente del Centro marroquí por la tolerancia y promotor de actos como éste, explicó que el motivo de realizar este iftar era el de mostrar las relaciones respetuosas entre las diversas religiones que se intentan promover, y el hecho de hacerlo en una sede católica era a causa de celebrar justo en estos días la Semana Santa.

Fray Emilio Rocha, ofm, arzobispo de Tánger en su saludo de acogida a los presentes, pudo expresar la alegría de acoger a la comunidad musulmana en este iftar, donde, no solo se comparten los alimentos sino también la fraternidad, la amistad y el caminar juntos en esta tierra de Marruecos.

En el acto estaba presente también Mons. Alfred Xuereb, nuncio apostólico de su santidad el papa Francisco en Marruecos, de visita en estos días a algunas ciudades de la diócesis de Tánger. Mons. Xuereb se manifestó muy contento por haber podido participar en el iftar, que sirve para incrementar nuestras relaciones y los esfuerzos para construir la paz y la fraternidad.

Como representante de la religión judía, la Sra. Sonia Cohen Azagury, tangerina, encargada de la conservación del patrimonio judío en esta ciudad marroquí, agradeció la posibilidad de realizar el iftar, como reunión interreligiosa e intercultural ,en el marco magnífico del claustro del arzobispado.

El clima fraterno y festivo de este iftar es un ejemplo del deseo mutuo de relacionarnos como hermanos entre los creyentes en un único Dios, sin anular nuestras diferencias y a la vez, con gran respeto y estima recíproca, conscientes de que estas actitudes pueden poner bases sólidas a la paz y la justicia en el mundo.

Concierto de Música Sacra en la catedral

El “viernes de dolores”, 22 de marzo, a las 20h, la Catedral del Espíritu Santo acogerá un concierto con el título «Las Siete Palabras de Cristo en la Cruz». Este evento es fruto de la organización conjunta del Archivo Diocesano de Tánger y el Departamento de Música del IEES Severo Ochoa de esta ciudad marroquí, y con la colaboración del Centro Cultural Lerchundi de Tánger y la misma Iglesia diocesana local.

Se trata del estreno de una obra inédita, del compositor vasco Fr. Francisco M. Alberdi, ofm, fraile que vivió y ejerció su ministerio en tierras de Ecuador y Perú, donde se ha conservado la obra que se interpretará el viernes en la catedral de Tánger, gracias a la participación de la Asociación Gaditana de Amigos de la Opera.

La dirección correrá a cargo de Francisco J. Cintado, profesor, organista y director de orquesta en el Conservatorio Cristóbal de Morales de Sevilla y nombrado recientemente Maestro de Capilla de la Catedral Hispalense.

¡Os esperamos!

Capítulo de las esteras de los franciscanos de Marruecos en Tetuán

Desde 1217, los frailes franciscanos tienen la costumbre de reunirse regularmente en «capítulos de las esteras». Este término puede parecer extraño a alguien ajeno a la familia franciscana… La palabra «capítulo» procede del lenguaje monástico, donde los monjes se reúnen a diario en torno a su abad para escucharle comentar un capítulo de la Regla; las «esteras», en cambio, se refiere a aquel capítulo multitudinario de 1217 en Asís, en el que participaron unos tres mil hermanos, que durmieron en esteras de paja, ya que no había otra manera de alojarse. En conclusión, se trata de una reunión fraternal.

Sin embargo, a diferencia de los capítulos que dan lugar a una elección, estos «de las esteras» son más informales: permiten a los hermanos reunirse, «hacer familia» y pasar tiempo juntos rezando, compartiendo y reflexionando sobre temas comunes a toda la fraternidad. En Marruecos, dado nuestro reducido número (18 hermanos presentes en la actualidad) y las grandes distancias (entre Marrakech, Tetuán y Meknes), estamos acostumbrados a reunirnos cada año durante tres días. Este año  2024 fue en nuestra casa de Tetuán, del domingo 10 de marzo a la noche del miércoles 13 de marzo.

Ahora bien, esta vez el capítulo fue un poco especial… Además de los hermanos, habían sido invitadas cuatro hermanas franciscanas: una clarisa de Casablanca y tres hermanas apostólicas de Tazert, Midelt y Tánger. Lo compartieron todo con nosotros a lo largo de los tres días: la oración, las comidas ruidosas y animadas, las conferencias y los momentos de compartir en grupo. Les habíamos pedido que se unieran a nosotros para ayudarnos a reflexionar sobre nuestra misión en Marruecos y sobre nuestra manera de responder a las llamadas de Dios, de la Iglesia y del mundo en esta tierra en la que vivimos desde hace más de ochocientos años. No queríamos que vinieran como conferenciantes a traernos una palabra experta, sino como hermanas, corresponsables con nosotras de este carisma que nos legó el Señor a través de Francisco y Clara de Asís.

Juntos, hemos escuchado nuestras respectivas experiencias en Marruecos (desde quien llegó un mes antes hasta quien vive aquí desde hace más de treinta años) y la Palabra de Dios, tal como la recibió Francisco de Asís. Fueron momentos de escucha en silencio de lo que el Señor nos dice y, en los intercambios, de lo que nos dice a través de los demás. A continuación, pedimos a varias personas que nos conocen (feligreses, emigrantes, estudiantes, marroquíes) que nos dijeran cómo veían nuestra manera de estar en misión aquí en Marruecos.

Para ayudarnos a analizar en perspectiva estos testimonios, pedimos a un teólogo musulmán y a Fr. Emilio Rocha, ofm, arzobispo de Tánger, que revisaran e interpretaran con nosotros esas diferentes aportaciones. A partir de todo ello, proseguimos nuestras reflexiones en grupos.

Al final de este capítulo, florecía en nuestro interior una acción de gracias, especialmente por lo que el Señor está obrando en nosotros: la fraternidad de los hermanos de once países diferentes de Marruecos, la fraternidad de las hermanas que comparten nuestro carisma, la fraternidad de aquellos a quienes servimos y que nos llevan siempre más lejos en el camino de la donación. Esperamos poder seguir creciendo en nuestro camino de discípulos de Cristo en esta tierra marroquí, llamados cada vez más a vivir nuestra vida de fraternidad contemplativa en misión con esta doble dimensión de interculturalidad en el seno de nuestras comunidades y de inculturación en el corazón del mundo musulmán.

Fr. Stephane Delavelle, ofm

Compartiendo el camino cuaresmal

Muchas veces tenemos la sensación de que la Cuaresma pasa un año más y que no aprovechamos al máximo sus posibilidades, pero si nos detenemos por momento podemos contemplar cómo es el Señor el que guía a su pueblo y lo hace caminar unido, hacia la Pascua. Desde Alhucemas nos llegan los ecos de diversos pasos especialmente significativos de este camino cuaresmal, que se unen al vivir cotidiano de la Palabra, la oración y el servicio habitual:

«Desde el miércoles de ceniza y como en muchas comunidades parroquiales, la de San José de Alhucemas ha visto a un grupo de estudiantes, con los religiosos y religiosas presentes en la ciudad, reunirse todos los viernes para la celebración de la Eucaristía y orar con el viacrucis. La hora es al atardecer, cuando terminan otras actividades y se puede descansar en la oración, teniendo en cuenta también que, desde que ha comenzado el mes de Ramadán para nuestros vecinos musulmanes, se escucha de fondo la llamada a la oración de rotura de su ayuno diario.

Chebab el Mustakbal (Jóvenes del futuro)

En este tiempo hemos visto, además, el inicio de las actividades del nuevo proyecto – apoyado por la Provincia del Espíritu Santo de los trinitarios – para jóvenes del pueblo. Se llama Chebab el Mustakbal (Jóvenes del futuro) y propone un acompañamiento personalizado a cada joven que se acerca a nuestra casa, buscando motivación para su formación y su inserción sociolaboral. A través de talleres específicos, de experiencias de otras personas y de relaciones interpersonales esperamos dotar a los participantes de las herramientas adecuadas para entrar en los laberintos burocráticos y movimientos propios del sistema de búsqueda de empleo. Nuestra esperanza es que puedan conocer sus propias capacidades y desarrollarlas según sus intereses propios.

Si contemplamos la cuaresma como caminar juntos, compartiendo nuestras realidades, es necesario señalar el día de Convivencia e Integración de los grupos de mujeres rifeñas y subsaharianas, unidas a nosotros a través de la Delegación Diocesana de Migraciones, que sienten nuestra comunidad como casa abierta a sus necesidades. Las mujeres rifeñas, del programa Ana bi nafsi (yo por mí misma), y las subsaharianas, han podido relacionarse entre ellas durante toda una jornada, constatando que sus realidades, aunque lógicamente diferentes, están unidas por el hecho de ser mujeres deseosas de avanzar y progresar juntas.

Fin de semana intercongregacional

Los religiosos y religiosas presentes en Oujda, Nador y Alhucemas hemos podido compartir un fin de semana, en el que hemos comprobado que nos unen inquietudes, experiencias, edades, deseos de vivir la propia vocación como presencia de Iglesia dónde nos encontramos. Hemos sido Hijas de la caridad, Jesús María, Sagrado Corazón, jesuitas y trinitarios –más dos laicas que se han unido a nuestro convivir– celebrando la eucaristía, la oración compartida, los tiempos libres, las comidas y la preparación de todo ello con lo que conlleva de experiencia de Dios en lo pequeño y en el compartir la ternura.

El retiro cuaresmal para jóvenes ha sido el último paso de esta cuaresma, gracias a los tres miembros del equipo diocesano de Familia y Juventud que se desplazó hasta Alhucemas.

Paso a paso, compartiendo vida y desiertos, esperanzas y circunstancias vitales que marcan la experiencia de estar en movimiento, volviendo la mirada de nuevo a lo que importa, siempre hacia el encuentro pascual con Cristo Resucitado. Esta está siendo nuestra cuaresma 2024.»

Mensaje para el mes del Ramadán 2024 desde la Santa Sede

El Dicasterio para el Diálogo Interreligioso ha dirigido a los musulmanes también este año un mensaje para el mes sagrado del Ramadan. El texto, dirigido a cristianos y musulmanes, es un llamamiento en firme a apagar el fuego del odio y de la violencia y a encender la dulce vela de la paz.

Mensaje completo en francés, árabe, inglés e italiano.

Alarmante aumento de los conflictos
Se trata de un mensaje de «cercanía y amistad» difundido el pasado 15 de marzo, que contiene un llamamiento a cristianos y musulmanes: «a apagar el fuego de la guerra y encender la vela de la paz». La premisa de la que parte el texto es la constatación de un aumento «realmente alarmante» de los conflictos: desde combates militares hasta enfrentamientos armados de diversa intensidad en los que participan Estados, organizaciones criminales, bandas armadas y civiles.

Hay quienes se alegran del comercio inmoral de armas
El texto se centra en las causas de los conflictos, identificando el motivo principal de la continua producción y comercio de armas, junto con el «perenne deseo humano de dominación, las ambiciones geopolíticas y los intereses económicos». Hay quienes sufren mucho, se observa, y hay quienes se alegran «cínicamente del gran beneficio económico que se deriva de este comercio inmoral», se afirma, citando lo que dijo el Papa Francisco al respecto: «es como empapar un bocado de pan en la sangre de nuestro hermano».

En la guerra todos pierden
El cardenal Prefecto Ayuso Guixot y el secretario monseñor Indunil Kankanamalage, que firman el mensaje, subrayaron por otra parte que «el deseo de paz y de seguridad está profundamente arraigado en el alma de toda persona de buena voluntad». Observan que «la destrucción de infraestructuras y propiedades hace la vida irremediablemente difícil, si no imposible». Destacan la preocupante situación de los desplazados y refugiados a causa de las guerras y reiteran inequívocamente: «Toda guerra es fratricida, inútil, sin sentido y oscura. En la guerra todos pierden».

Formar conciencias para respetar la vida
El mensaje de Ramadán nos recuerda que todas las religiones consideran la vida humana sagrada y, por tanto, digna de respeto y protección. Además, se acoge con alivio que cada año haya menos estados que permitan y practiquen la pena capital. “Un sentido despertado de respeto por esta dignidad fundamental del don de la vida contribuirá a la creencia de que se debe rechazar la guerra y valorar la paz”. De ahí el llamamiento a la conciencia que debe ser entrenada «para respetar el valor absoluto de la vida de cada persona y su derecho a la integridad física, a la seguridad y a una vida digna». Este camino contribuirá a la «condena y al rechazo de la guerra, de toda guerra y de todas las guerras».

Unidos para apagar el fuego del odio
El mensaje concluye con la exhortación a mirar al Todopoderoso como Dios de paz, fuente de paz, considerando de la misma manera que la paz es fruto del esfuerzo humano. Hay que construirlo y protegerlo. «Unámonos para apagar el fuego del odio, la violencia y la guerra y, en cambio, encendamos la dulce vela de la paz, aprovechando los recursos para la paz que están presentes en nuestras ricas tradiciones humanas y religiosas», es el sincero llamamiento a las hermanas y a los hermanos musulmanes. Que el ayuno y las otras prácticas piadosas durante el mes de Ramadán y la celebración del ‘Id al-Fitr que lo concluye traigan «abundantes frutos de paz, esperanza y alegría».

(Fuente: Vatican News)

Retiro cuaresmal de jóvenes en Alhucemas

“¡Que el Señor nos bendiga con más días como este!”.
Así se expresa John, joven de Zambia que participó en el retiro de cuaresma celebrado en la Parroquia de San José, de Alhucemas, el pasado domingo 17 de marzo, animado por el equipo diocesano de Juventud y Familia.
En realidad, la preparación del retiro empezó ya el sábado, día en que los jóvenes estudiantes estuvieron preparando la celebración eucarística y la comida de fraternidad del domingo, con platos típicos de Costa de Marfil y Haití.

El programa del retiro comenzó con un momento de profundización del mensaje del papa Francisco para la cuaresma 2024, titulado “A través del desierto Dios nos guía a la libertad”. Después, se participó en la misa, con el resto de la comunidad parroquial y, a continuación, el religioso javeriano P. François condujo un tiempo de reflexión y silencio, en torno a la experiencia cuaresmal. En este momento hubo espacio para la oración personal y para participar en el sacramento de la reconciliación. La conclusión del retiro fue la comida compartida entre todos los asistentes, con la participación también de las religiosas Hijas de la Caridad presentes en Alhucemas.
La valoración de John de ese día de retiro, expresa de algún modo el sentir general: “Fue una experiencia maravillosa. Estoy muy agradecido por los mensajes y actividades inspiradores y transformadores sobre la gracia de Dios, el compartir con los demás como Buen Samaritano y la transformación personal durante este tiempo de Cuaresma. El increíble momento de alegría, aprendizaje y compartición que hemos vivido quedará para siempre en nuestros corazones.”

La carrera del corazón

También los niños y niñas que se preparan para recibir los sacramentos del bautismo o la comunión tienen su momento especial en este tiempo de cuaresma en el que nos preparamos a la fiesta más importante de los cristianos: la Pascua y la Resurrección de Jesús.

Con el título “la carrera del corazón”, se reunieron en los locales de la antigua Misión Española en Tánger, donde llevan a cabo su labor social las Misioneras de la Caridad, un total de 16 niños, entre 2 y 12 años que participan de la catequesis en la parroquia de la Catedral. El programa de la mañana, con el acompañamiento de los hermanos franciscanos Natale y Thaddée, les permitió conocer la historia evangélica de Zaqueo y otros pasajes de la Bíblia, para acabar con la celebración de la misa. La comida, preparada por las hermanas de Santa Teresa de Calcuta, fue un bonito momento de fraternidad entre todos, que concluyó en fiesta con juegos y globos.

Dos momentos gozosos en la Parroquia de Tetuán

Escrutinio previo al Bautismo e Institución en los Ministerios de Lectorado y Acolitado

Este IV Domingo de Cuaresma, domingo de Laetere, la Parroquia de Ntra. Sra. de las Victorias de Tetuán ha vivido dos momentos gozosos en la celebración de la Eucaristía que ha presidido nuestro arzobispo, Fr. Emilio Rocha Grande, ofm, concelebrada por el párroco y otros sacerdotes de la comunidad franciscana de Tetuán.

El catecúmeno Benoît Angabani, joven estudiante del Congo y miembro de la coral parroquial, ha sido examinado en el segundo escrutinio previo a la recepción de su Bautismo, previsto para el domingo de Pentecostés, 19 de mayo 2024. Fr. Jean-Baptiste Kashaba, ofm, párroco de Tetuán, realizó el ritual al catecúmeno, mientras la asamblea oraba por él, pidiendo a Dios fortaleza y auxilio para vivir más claramente el amor de Dios, invitándole a que, con la ayuda de Dios, se aleje del pecado y del mal. Según marca el Rito de la Iniciación cristiana de adultos: «Estos ritos, por lo tanto deben ayudar a la conversión total de los elegidos y a profundizar su resolución de mantenerse estrechamente unidos a Cristo y de proseguir con mayor decisión en su esfuerzo por amar a Dios sobre todas las cosas». De esta forma, el elegido ha sido instruido en los modos como la Iglesia ora, vive y respira.

Por otro lado, Joseán Camacho, colaborador de la parroquia, ha sido instituido en los ministerios del Lectorado y del Acolitado de manos de nuestro arzobispo. Fr. Emilio ha explicado a la comunidad el sentido de estos dos ministerios. El ministerio de lectorado queda instituido para la función de proclamar la lectura de la Sagrada Escritura y las intenciones de la oración universal de los fieles, dirigir el canto y la participación del pueblo e instruir a los fieles para recibir dignamente los sacramentos (cfr. Ministeria Quaedam, V). El acolitado consiste en cuidar el servicio del altar, asistir al diácono y al sacerdote en las funciones litúrgicas, principalmente en la celebración de la Misa, además distribuir como ministro extraordinario la Comunión cuando faltan los ministros ordinarios (cfr. Ministeria Quaedam, VI), y en caso de necesidad, también pueden oficiar las exequias funerarias y celebrar la Liturgia de la Palabra. Ambos son ministerios estables, que expresan el sacerdocio común bautismal de los fieles y la riqueza de manifestaciones del Espíritu para la edificación de la Iglesia.

En la homilía, Fr. Emilio ha destacado que Dios no condena sino que salva y nos ha recordado los versículos del Evangelio de San Juan: “Dios no envió a su Hijo para condenar al mundo, sino para salvarlo por medio de Él” (Jn 3,17). Solo el hombre se puede condenar cuando se cierra a la gracia de la salvación. Ha recordado a la feligresía que sientan que Dios nos ama y especialmente en este tiempo de cuaresma, propicio para la conversión personal. Ha animado con alegría al catecúmeno a seguir estos pasos finales antes de su Bautismo. Para la Iglesia es una gran alegría el bautismo de sus hijos, es el momento de la filiación divina: Dios se hace presente en todas nuestras células, somos constituidos hijos suyos en el Hijo de Dios, células del Cuerpo de Cristo que es la Iglesia. Al recién instituido lector y acólito lo ha animado a seguir adelante en este camino de su compromiso eclesial y ha felicitado también a su madre que se encontraba presente entre los fieles.

La parroquia ha podido vivir un momento festivo donde más de una cincuentena de fieles ha seguido con alegría estos dos acontecimientos y se han sentido cercanos a nuestro arzobispo acompañados del coro parroquial que ha cantado preciosos cantos en español y francés a lo largo de la celebración cuaresmal. La alegría fraterna ha continuado después, con la comida amistosa que se ha ofrecido en el patio del convento de los franciscanos.