CARITAS. «Juntos fortalecemos nuestra Confederación»

En una de las orillas del estrecho más transitado del Indico, frente a la costa de Sumatra y cerca de Singapur, se encuentra Malaca, la ciudad por la que San Francisco Xavier, patrón universal de las misiones, pasó en varias ocasiones camino de Cantón, las Molucas, Goa o Japón, llevado por el deseo de servir a la Iglesia y a la misión de Jesús.

Es Malasia un país que defiende su unidad celebrando la diversidad. En este lugar singular, 25 Caritas de las regiones de Asia, Oceanía y MONA (Oriente Medio y Norte de Africa) se dieron cita para comprometerse con una misión muy especial. Del 28 al 31 de marzo fuimos convocados por Caritas Internationalis bajo el lema “Juntos fortalecemos nuestra Confederación”.

Con el objetivo de seguir impulsando procesos de Desarrollo Institucional en la Confederación, aprendimos a utilizar una herramienta diseñada para guiarnos en el proceso de implantación de los Estándares de Gestión (CIMS). También nos apropiamos de las metodologías de Autoevaluación, Análisis de Riesgos y diseño y seguimiento del Plan de Mejora. Finalmente, se nos presentó el Fondo de Solidaridad para el Desarrollo Organizativo (ODSF).

Entendemos que la formación del corazón y la profesionalidad son prioritarias para ofrecer la mejor respuesta a la familia humana más vulnerable. En este taller hemos podido convivir, conocernos mejor y rezar juntos. También se ha puesto en nuestras manos un medio magnífico para fortalecer la resiliencia de Caritas, mejorando la rendición de cuentas, la gestión, la transparencia y el buen gobierno.

Concluimos el taller celebrando con agradecimiento estos regalos que nos ayudan a renovar nuestro deseo de servir a la Iglesia y a la misión de Jesús.

CARITAS EN LAS PARROQUIAS DE NUESTRA DIÓCESIS

Desde hace varios meses, con la reestructuración propuesta en la diócesis de Tánger por nuestro Arzobispo Emilio, vivimos un tiempo de cambios y novedades.

La delegación diocesana de Caritas y acción social recibió el encargo de tejer la red de Caritas parroquial en nuestra diócesis: una red que nos ayude a acompañar la acción social de nuestras parroquias, que facilite nuestra actuación coordinada y que nos permita ofrecer a las personas más vulnerables la ayuda que necesitan.

Para empezar a recorrer este camino, contamos con el apoyo institucional y financiero de Cáritas Española y de la Cáritas Diocesana de Sevilla.

Por eso, los días 17, 18 y 19 de abril contamos con la presencia de Marian, Juanjo y Jesua, quienes nos acompañaron en las visitas a las parroquias de la diócesis. En estas visitas hemos podido conocer la realidad de cada una de ellas y disfrutar de un espacio de intercambio con los párrocos y el voluntariado.

Agradecemos a Caritas su acompañamiento y ayuda fraterna en este importante proceso de desarrollo institucional. Su visita ha sido una experiencia muy enriquecedora que seguro nos ayudará a construir juntos nuevos caminos de fraternidad.

Asamblea General 2023 de Caritas Internationalis

La Asamblea General de Caritas Internationalis se lleva a cabo en Roma del 11 al 16 de mayo con el tema “Construyendo Nuevos Caminos de Fraternidad” (“Building New Paths of Fraternity”) inspirado en la Carta Encíclica Fratelli Tutti

A esta cita han acudido alrededor de 400 delegados que representan las 162 Cáritas que trabajan en 200 países y territorios de todo el mundo. También nuestra Caritas Marruecos, en proceso de formación, se ha sumado a la Asamblea General.

El programa de estos días de trabajo incluye, entre muchas otras iniciativas, una audiencia privada con el Papa, una mesa redonda en la que se reflexionarán sobre los desafíos y el rol de las Caritas en el mundo en la que participará el Secretario para las Relaciones de los Estados del Vaticano, Mons. Paul Richard Gallagher.

Además de los representantes de Caritas en el mundo, intervendrán en la Asamblea General el Prefecto del Dicasterio para el Servicio del Desarrollo Humano Integral, el Cardenal Michael Czerny, y el Secretario General del Sínodo para los Obispos, el Cardenal Mario Grech.

Durante estos días, los delegados de Caritas reflexionarán sobre cómo las organizaciones Caritas de todo el mundo pueden trabajar mejor juntas en favor de los más pobres y vulnerables del mundo, debido a que millones de personas en todo el mundo están afectadas por múltiples crisis, como la guerra en Ucrania, las consecuencias de la pandemia del COVID-19, el cambio climático o la inseguridad alimentaria.

Finalmente, durante la Asamblea General se elegirá a los nuevos dirigentes de la Confederación Cáritas que estarán a cargo durante los próximos cuatro años, de 2023 a 2027.

Homilía del Cardenal Czerny

CINEFÓRUM «El club de los poetas muertos»

Estimados amigos y amigas, en este mes consagrado a María iniciamos un ciclo de cine en valores humanos, con la proyección de esta magnífica película de Peter Weir. Un canto a la libertad, a la amistad, al amor, a la construcción de las propias identidades, a la solidaridad, pero también de una educación en valores desde el compromiso docente Te esperamos

El club de los poetas muertos
de Peter Weir (Estados Unidos, 1989)
Viernes 12 de mayo, 19’00.
Biblioteca

versión original en inglés, con subtítulos en español
con la participación de profesores de español

¡TE ESPERAMOS!

TETUÁN DE FIESTA

No solo la comunidad cristiana de Tetuán, sino la ciudad toda se ha beneficiado con la visita de un grupo de egresadas de la escuela “La Milagrosa”, que hasta 1986  funcionó en esta ciudad como escuela católica, actualmente gestionada por Marruecos y conocida con el nombre de Kadi Ibn Arabi.

Estas ex-alumnas provenientes de las diferentes ciudades de la península ibérica y de Suiza, han conmemorado el Centenario de la fundación,  1923-2023, de la que fue, y de algún modo sigue siendo “su escuela”, la que las formó  y les dió la base cultural y espiritual para llegar a ser hoy , madres, abuelas y mujeres de bien. Dicha escuela fue comenzada por las Hijas de la Caridad de San Vicente de Paul, y luego cedida  a las Hermanas Franciscanas Misioneras de la Inmaculada Concepción representada en esta ocasión por la Madre General Montserrat Solis.

El domingo 7 de Mayo  la parroquia Nuestra Señora de las Victorias, fue testigo de esta gratitud al Señor de la Vida en  la Celebración de la Santa Misa, presidida por nuestro Arzobispo Mons. Emilio  Rocha Grande que muy cordialmente junto con el párroco, el padre Jean Battista Kashaba Makiro han hecho de ese momento, el centro de los festejos.

Otro agradable momento ha sido el descubrimiento de la placa conmemorativa en la entrada de la escuela, con la calida acogida de los directivos, cuerpo docente y del actual alumnado que hizo vibrar en la memoria, la vida susurrada entre los pupitres durante  estos primeros cien años de existencia.

A continuación  un especial momento de ágape fraterno,   para terminar la jornada en el Ayuntamiento de Tetuán, recibidos por su máxima autoridad, quien les dirigió a los presentes una unas emotivas palabras, llamando al grupo de ex-alumnas “hijas de Tetuán”,  recordando los lazos históricos que unen España con Marruecos y Tetuán con. Andalucia; Invitada de honor ha sido sin duda la Princesa Lalla Malika Alaouni que ha dado brillo a este evento. Así mismo el acto ha contado con la presencia del Director del Instituto Cervantes de Tetuán; del Presidente de la Asociación de alumnos del Colegio la Milagrosa; del agregado cultural del Consulado Español; del Arzobispo de Tánger y de ciudadanos españoles y marroquíes, unidos por el vinculo del amor fraterno capaz de construir puentes y no muros.

Un Domingo de Confirmación en Nador

Iglesias Parroquial Santiago el Mayor

Nador 16/04/2023

¡Dichosos los creen sin haber visto!

Hoy la Iglesia de Nador se ha vestido de fiesta para celebrar con alegría en esta Octava de Pascua, Domingo de la Misericordia la Confirmación de Beatriz Prieto. Una joven madrileña, estudiante en el Colegio Español que tras tres años de preparación catequética acogió con gozo la posibilidad de recibir el Sacramento de la Confirmación en su parroquia de Nador, donde semanalmente participa junto a su familia en la celebración dominical.

A finales de este año, momento de cierre del año jubilar de la Parroquia, le pedimos a Fray Emilio Rocha, como Administrador Apostólico de la diócesis de Tánger que guardara en su ocupada agenda este día para celebrar el Sacramento de la Confirmación. No sabíamos que meses después lo recibiríamos como Arzobispo en nuestra pequeña y alegre comunidad de Nador.

En este domingo II de Pascua, domingo de la Misericordia, Dios ha querido bendecir con sus dones a esta joven que inicia un camino como creyente en un país de creyentes, como signo visible de la fraternidad que anhelamos y que construimos con luces y sombras en nuestro cotidiano vivir.

Dios en su gran Misericordia nos ama a todos, pone su corazón enamorado junto a nuestro corazón, frágil y vulnerable invitándonos a salir de nuestras pequeñeces y limitaciones para vivir una vida nueva, abierta a su gracia e inspirada por su ternura y compasión. Nuestra comunidad parroquial se ha vestido de gala, ha cantado con alegría, ha vibrado con fuerza y ha sentido la fuerza del Espíritu de Dios que nos anima a amar más, a servir mejor al estilo de Jesús, nuestro Maestro y Señor.

Damos gracias a Dios de todo corazón a nuestro Arzobispo Emilio Rocha, a sus compañeros franciscanos, a Beatriz, familia y a todos los que formamos la Comunidad parroquial de Nador por vuestra presencia y generosidad.

¡Dichosos los que creen sin haber visto!

Hoy la Iglesia de Nador se ha vestido de fiesta para celebrar con alegría en esta Octava de Pascua, Domingo de la Misericordia la Confirmación de Beatriz Prieto. Una joven madrileña, estudiante en el Colegio Español que tras tres años de preparación catequética acogió con gozo la posibilidad de recibir el Sacramento de la Confirmación en su parroquia de Nador, donde semanalmente participa junto a su familia en la celebración dominical.

A finales de este año, momento de cierre del año jubilar de la Parroquia, le pedimos a Fray Emilio Rocha, como Administrador Apostólico de la diócesis de Tánger que guardara en su ocupada agenda este día para celebrar el Sacramento de la Confirmación. No sabíamos que meses después lo recibiríamos como Arzobispo en nuestra pequeña y alegre comunidad de Nador.

En este domingo II de Pascua, domingo de la Misericordia, Dios ha querido bendecir con sus dones a esta joven que inicia un camino como creyente en un país de creyentes, como signo visible de la fraternidad que anhelamos y que construimos con luces y sombras en nuestro cotidiano vivir.

Dios en su gran Misericordia nos ama a todos, pone su corazón enamorado junto a nuestro corazón, frágil y vulnerable invitándonos a salir de nuestras pequeñeces y limitaciones para vivir una vida nueva, abierta a su gracia e inspirada por su ternura y compasión. Nuestra comunidad parroquial se ha vestido de gala, ha cantado con alegría, ha vibrado con fuerza y ha sentido la fuerza del Espíritu de Dios que nos anima a amar más, a servir mejor al estilo de Jesús, nuestro Maestro y Señor.

Damos gracias a Dios de todo corazón a nuestro Arzobispo Emilio Rocha, a sus compañeros franciscanos, a Beatriz, familia y a todos los que formamos la Comunidad parroquial de Nador por vuestra presencia y generosidad.

Iglesia Parroquial Santiago el Mayor

Nador 16/04/2023

 

 

Feliz Pascua. Carta de nuestro Obispo

Con la Iglesia y como Iglesia celebramos jubilosos la Pascua, la fiesta de las fiestas, fundamento de la fe cristiana. En este Día estamos llamados a anunciar con alegría a todos los hombres la victoria de la vida sobre la muerte, porque Jesús el Mesías ha resucitado y está vivo para siempre: el que se hizo hombre como nosotros, el que murió de muerte violenta y fue sepultado, ha resucitado de entre los muertos, primicia de todos nosotros (cf. 1 Co 15,20; Col 1,18), llamados en él y con él a la vida en Dios. Sí, Jesús fue resucitado por su Padre como respuesta a su vida, entregada por amor hasta el extremo; una entrega que abre para nosotros un camino a recorrer aquí en la tierra y luego en el más allá de la muerte, un camino que nada ni nadie podrá cerrar jamás.

Descripción generada automáticamente con confianza media“No está aquí. Ha resucitado” (Mt 28,6). Este es el corazón del mensaje de la Pascua que, una vez más, el Señor nos dirige hoy, y para comprenderlo mejor, os invito a meditar el acontecimiento de la resurrección de Cristo, con quienes han sido sus primeros testigos.

Igual que se celebran los aniversarios de aquellos acontecimientos que dan origen y consistencia a nuestras familias (matrimonio, nacimiento…), los cristianos hacemos lo mismo, todos los domingos y en cada eucaristía, haciendo un memorial (anámnesis) de aquello que está en el origen de nuestra fe, es decir, la Resurrección de Cristo. Del mismo modo que nos encanta, en los aniversarios familiares, hojear juntos un álbum de fotos o ver unos vídeos recordando la celebración de un matrimonio o un bautizo, al abrir el Evangelio también redescubrimos a Cristo en la frescura del día de Pascua en compañía de María Magdalena, Pedro, Juan y los discípulos de Emaús. Caminemos con sus sentimientos y, como ellos dejémonos también nosotros sorprender por Cristo Resucitado.

Encontrar a Cristo Resucitado con María de Magdala

María Magdalena viene al sepulcro para llorar a quien ama y al que, después de haberlo visto en la cruz, cree ciertamente muerto. San Gregorio Magno veía, en su obstinación por ir hacia Cristo, aunque estuviera muerto, un modelo para todos. Incluso cuando atravesamos la noche de la fe y Cristo, para nosotros, parece estar como muerto, somos invitados a seguir volviéndonos hacia él y a desearlo sin descanso.

Ante María aparece una tumba abierta y vacía; no comprende, razonando cuerdamente cree que alguien se ha llevado el cuerpo de Cristo. Así se lo contará a los Apóstoles y después, una vez, ha regresado llorando al sepulcro, también lo hará a los ángeles y al mismo Cristo, a quien confunde con el hortelano. ¿Por qué no reconoce a Aquel a quien ha seguido hasta la Cruz? Para nosotros resulta fácil entender la idea de la Resurrección, la Iglesia lleva proclamado la de Cristo durante casi dos mil años, pero hemos de comprender que, para quienes la habían experimentado por primera vez, era simplemente inimaginable.

Ahora es Jesús quien la llama suavemente por su nombre: «María». Ni tambores trepidantes, ni trompetas atronadoras, ni una aparición deslumbrante sobre las nubes como la del Hijo del Hombre anunciada por Daniel (7, 13). ¡Qué discreción en esta primera aparición después de su victoria sobre la muerte! Y es por la voz, instrumento de la fe (cf. Rom 10, 17) como María lo reconoce. Inmediatamente se da la vuelta, es decir, se convierte (es la misma palabra), y le grita su amor: “¡Maestro!”. Jesús se muestra aparentemente duro: «suéltame, porque aún no he subido al Padre»; ha de ayudar a María a abandonar su amor hacia el hombre que conoció antes de la Pasión para aprender a encontrarse con el Señor. Y añade unas palabras profundamente significativas: “Pero ve a mis hermanos y diles que yo iré antes que ellos a Galilea”.

Cristo resucitado sale a nuestro encuentro para encomendarnos una misión: ser sus testigos. La Resurrección es el centro de la Historia, pero no es su último acto, y si Dios es su autor, nos ofrece la posibilidad de proclamar su anuncio y lo que significa para todos: es posible la victoria sobre el mal y sobre la muerte, la esperanza de la vida y la felicidad eternas.

Encontrar a Cristo Resucitado con Juan y Pedro

Corramos con el apóstol Juan hacia a la tumba vacía. Ve la sábana con la que habían envuelto el cuerpo de Jesús y cree; lo cierto es que sus ojos solo ven unos cuantos lienzos y un sudario vacío, pero su corazón comprende: Cristo ya no está en el sepulcro: ¡está vivo! En cuanto a Pedro, el Evangelio según San Juan no especifica su reacción ante sepulcro vacío y su personal camino de reconocimiento de la Resurrección. Pero además de lo que escribe San Lucas: que Cristo se le apareció el día de Pascua, tenemos algo mejor: su propio testimonio en Pentecostés (Hch 2, 14-36). A la luz de su encuentro con el Resucitado, Pedro descubrió lo que proclamó ese día: el plan de salvación previsto por Dios para con la humanidad a lo largo de la historia, culmina en la Resurrección de Aquel que fue clavado en la Cruz.

Además, los Evangelios de la Resurrección especifican la misión de Pedro. Es hacia él, hacia quien María Magdalena corre al ver el sepulcro vacío (Jn 20, 1-2) y Juan, el discípulo amado, se aparta para dejar que Pedro entre primero en el sepulcro (Jn 20, 3-10); la Iglesia reconoce con amor su primado. Más tarde, a orillas del Mar de Galilea, Jesús Resucitado confirma y clarifica su misión de pastor y concreta su papel al servicio de toda la Iglesia: «Apacienta mis ovejas» (Jn 21, 15-19).

Encontrar a Cristo Resucitado con los discípulos de Emaús

Aquí es de nuevo Jesús quien toma la iniciativa del encuentro; camina con estos dos discípulos desolados por lo sucedido en el Calvario. Aunque convivido con él antes de su muerte, ahora tampoco lo reconocen; es lo que nos sucede a nosotros, que frecuentemente no lo reconocemos cuando camina a nuestro lado en el transcurso de la vida. Este camino hacia Emaús es importante para ayudarnos a comprender el papel que juega la Palabra de Dios en el encuentro con Jesús. El Resucitado les da, a partir de las Escrituras, el sentido de la Cruz. Es la fe en Cristo resucitado lo que abre nuestro entendimiento para comprender las Escrituras y no al revés, pero también es verdad que entendemos mejor lo que significa para nosotros su resurrección cuando nos alimentamos de la Palabra de Dios.

Cuando Jesús llegó a Emaús, se sentó a la mesa con los dos discípulos, «tomó el pan, pronunció la oración de bendición, lo partió y se lo dio». Ahora es cuando lo reconocen y comprenden quién es. También para nosotros, la Eucaristía es el lugar del encuentro sensible con Jesús resucitado.

Y, lo mismo que María Magdalena y Juan, también estos dos discípulos entienden que ha sido el amor quien los ha conducido a él: “¿No ardía nuestro corazón dentro de nosotros cuando nos hablaba en el camino y nos explicaba las Escrituras?” Los caminantes de Emaús han comprendido, y nos invitan a hacerlo con ellos, que el camino que han recorrido con Cristo Resucitado, y que se apresuran a compartir con los demás discípulos, es en realidad el mismo Jesús: “Camino, Verdad y Vida” (cf. Jn 14, 6).

Un itinerario que vale para todos nosotros

Podemos seguir nuestra meditación acompañando a los otros testigos del encuentro con el Resucitado: las piadosas mujeres, el incrédulo Tomás, los demás apóstoles. Son luces diferentes enfocadas a una realidad que siempre nos superará, y que nos hacen vislumbrar lo que Cristo Resucitado espera de nosotros.

Es Siempre Él quien toma la iniciativa de manifestarse, eligiendo libremente a quien quiere; desea ser reconocido y da señales para poder hacerlo, pero no fuerza nada ni a nadie, dejando que su interlocutor sea libre para responder.

El encuentro con Él rompe todas nuestras precompresiones sobre la vida y la muerte; todos tendremos que llevar a cabo un viaje completo experimentando el miedo, la duda, la alegría, la incredulidad, el malestar y la adoración; y en él, cada uno vamos descubriendo nuestras propias disposiciones interiores y comprendemos que el amor es determinante para avanzar hacia Él.

Una vez reconocido, Jesús revela que no está muerto sino vivo (habla, camina, come) siendo el mismo, lo es manera diferente, porque es dueño de los límites de este mundo, y va conduciendo progresivamente de lo visible a lo invisible, del contacto físico a los signos, de la presencia sensible a los sacramentos, en los que -sobre todo en la Eucaristía, es Él mismo quien se nos entrega; finalmente sus interlocutores acaban comprendiendo que Jesús es mucho más que el Maestro y el Mesías: “¡Señor y Dios mío!”, Exclama Tomás, bienaventurado porque ha creído sin ver.

El encuentro personal con el Resucitado no es privilegio de los discípulos de la primera hora; cada uno de nosotros estamos llamados a vivirlo hoy en los sacramentos, en la escucha orante de la Palabra, en la comunidad eclesial y en el tejido de la entera existencia. Jesús es para siempre nuestro contemporáneo; también a nosotros nos llama a asumir la misma misión que sus primeros testigos.

Todos los encuentros con el Resucitado terminan en los evangelios con una misión. Jesús confía también hoy a cada uno de nosotros la responsabilidad de comunicar la buena noticia de la Salvación, formando así nuestro corazón y nuestra mente para testimoniarlo con la vida y la palabra.

¡Feliz Pascua 2023!

+Fr. Emilio Rocha Grande OFM

Arzobispo de Tánger

JUEVES SANTO 

Con el Jueves Santo acaba la Cuaresma y se inicia el Triduo Pascual, es decir, el periodo en que se recuerda la pasión, muerte y resurrección de Jesús, que se extiende del Jueves Santo al Sábado Santo.

En este día hacemos memoria de la Institución de la Eucarisitia, del sacerdocio y aprendemos de Jesús a inclinarnos delante del hermano siendo asi siervos por amor.

¿Quién no se espantaría de que le fuesen lavados por el Hijo de Dios los pies?   Pedro se arriesgó con gran audacia preguntando a Jesús:  Señor, ¿tú me lavas los pies?

El día de los Ázimos, todo estaba preparado para la cena de Pascua: el cordero, el pan sin levadura y el vino. El pan que da Cristo a sus discípulos “es su cuerpo, verdadero don de Dios” (Lc 22,19); el vino, bien precioso que hace la vida agradable (Eclo 32, 6), tiene significado cultual y cultural. Jesús y los suyos celebran un festín ritual y un acto de despedidas que invita al silencio y a las miradas de cariño.Un adiós provoca emoción, amor y tristeza al mismo tiempo. El lavatorio era un rito judío de hospitalidad que marcaba las distancias porque lo realizaba una persona de poca categoría de la casa. Se explica así que Pedro, se extrañara al ver a Jesús arrodillado a los pies de los apóstoles con un paño ceñido a la cintura. No es un gesto banal y tampoco de humildad por parte de Jesús. Es la expresión visible de su idea de la vida como servicio, alejada del boato y de las distinciones honoríficas. Si el amor no es inclusivo y servicial, no es nada.

Aquella cena familiar judía – conmemoración del éxodo que liberó a los hebreos de la esclavitud egipcia –, los cristianos la repetimos diariamente en el mundo con el nombre de cena del Señor. “Recibid, pues, y comed el cuerpo de Cristo, transformados ya vosotros mismos en miembros de Cristo en el cuerpo de Cristo; recibid y bebed la sangre de Cristo. Para no desintegraros, comed el vínculo que os une; no os estiméis en poco, bebed vuestro precio” (Sermón 228 B, 3).

La institución de la Eucaristía y del sacerdocio – confiado a un grupo de torpes pescadores – hablan del firme deseo de presencia de Jesús en medio de la humanidad.

Hoy es un día para contemplar el amor colmado de Jesús y examinarnos acerca de nuestro amor. Es el testamento que Jesús nos entrega para que sea argumento básico de nuestra existencia. Amar al estilo de Jesús sin miedo a vaciarse.

MISA CRISMAL

Nuestra diócesis adelanta  la fiesta del Jueves Santo para celebrar la misa Crismal sin prisas ni agobio.
El obispo convoca a sus ayudantes, al presbiterio de la diócesis para preparar juntos los óleos con los que ungir a los catecúmenos, a los bautizados y a los enfermos.
El aceite es la materia y es el espacio físico para que el Espíritu inmaterial actúe en nuestro cuerpo.
Por eso hoy también, antes de bendecir los óleos y consagrar el santo crisma, el obispo y sus presbíteros renuevan juntos las promesas del día de la ordenación.
Promesas que prensan  “aceitunas” y de ellas sacan la unción del Espíritu que se derrama de forma tan desmesuradamente abundante por la iglesia.
Se pronuncian las promesas, año tras año, con un temblor y un gozo, por lo grandes que son las promesas y los frutos. Provoca temblor, y no temor porque no hay lamento donde no hay duda en que lo prometido se llevará a cabo;   Esto soy, esto haces: Todo contigo, por ti y en ti.
¿Y vosotros? ¡Vosotros mostráis la medida que usa Dios para cumplir sus promesas!
Sacerdotes del Señor, bendecid al Señor
Siervos del Señor,
bendecid  al Señor,
almas y espíritus justos
bendecid al Señor,
santos y humildes de corazón,
bendecid al Señor.