Por Marie-Hélène Bellangeon y Beatriz Tavera Tolmo, Cooperación Internacional Cáritas Española
Con motivo de la celebración el próximo 24 de enero, del Día Internacional de la Educación -una fecha proclamada por la Organización de las Naciones Unidas (ONU) para concienciar a todo el planeta de la importancia de la educación para conseguir los Objetivos de Desarrollo Sostenible, concretamente con el Objetivo 4 sobre la Educación de Calidad-, quisiéramos desde la Área de Cooperación Internacional participar en la reivindicación al acceso a una educación de calidad en el mundo.
Aunque no sea una línea principal de intervención para nuestra organización, sí que apoyamos en África 4 proyectos muy significativos, cuyos impactos sociales a lo largo de estos últimos años nos invita a seguir trabajando juntos. Uno de ellos es el Centro Baraka para la orientación, formación e inserción sociolaboral de Nador (Marruecos, Región Oriental), cuyos objetivos son: incrementar la empleabilidad de los jóvenes en situación de pobreza, con especial atención a las mujeres, a través de la formación profesional y otras actividades socio educativas y culturales; reducir la brecha de alfabetización y mejorar la situación de las mujeres más vulnerables mediante formación de refuerzo en educación básica y los talleres y actividades de promoción de la mujer; contribuir a la conciliación y luchar contra el abandono escolar y la inexistencia de guarderías en la ciudad, con el apoyo escolar a los niños de las mujeres que estudian en el centro.
En la zona de Nador, las tasas de analfabetismo son alarmantes: 24,4% en hombres y 48,4% en mujeres. Al igual que todas las organizaciones de todo tipo en Marruecos y en todo el mundo, el Centro Baraka se ha visto afectado por la pandemia por Covid19 y las consecuentes restricciones sanitarias establecidas, que fueron desde marzo 2020 muy estrictas en todo el territorio marroquí, con confinamiento obligatorio y cierre de todos los centros y escuelas educativas públicas y privadas. Como consecuencia de la interrupción de las clases presenciales el alumnado más vulnerable se ha visto desvinculado del proceso educativo, tanto por la brecha digital como por otras trabas para continuar su acceso a la educación.
Gracias a la gran experiencia educativa y a la implicación de toda la comunidad escolar, el Centro Baraka respondió rápidamente al nuevo contexto y estableció una serie de medidas para hacer frente a las restricciones y continuar con el proceso formativo cubriendo las necesidades de los más vulnerables.
- Formación a distancia: se implementaron medidas para el acompañamiento y formación al equipo docente en nuevas modalidades formativas a distancia. Con ello, los profesores consiguieron adaptar toda la planificación pedagógica de los contenidos a la metodología virtual, y además se reforzó el acompañamiento pedagógico al alumnado en grupos de Whatsapp y plataformas digitales. Los alumnos que no podían conectarse en directo a las clases por no tener saldo en su tarjeta de internet, recibían las grabaciones de los cursos y los profesores quedaban disponibles para responder las preguntas en otros horarios. Para el alumnado en situación de mayor vulnerabilidad, sin acceso a internet, se tomaron medidas como la producción y distribución –cumpliendo con las medidas de seguridad y salud pertinentes- de material pedagógico impreso, seguimiento telefónico y otras medidas para asegurar que el estudiantado en situación de mayor vulnerabilidad supera la brecha digital y acceda a la formación (ayudas para recargar el saldo del teléfono, por ejemplo).
- En caso de los exámenes finales a distancia, aunque el Estado anuló los exámenes finales para todos los niveles excepto bachillerato, el centro Baraka para cerrar el curso 2019-2020 hizo todos los exámenes finales también a distancia, cada profesor ha examinado a sus estudiantes oralmente y también por escrito.
- Ayuda social a distancia: los niños, niñas y mujeres más vulnerables fueron acompañados a distancia por la coordinadora social y su equipo, y se organizó la distribución de comidas a las mujeres y familias más vulnerables, con apoyo de la Iglesia y la Delegación Diocesana de Migraciones, y con repartos de comida a domicilio.
- Además, unos meses después de declararse la pandemia, se realizó un estudio de vulnerabilidad del alumnado para conocer las problemáticas que están enfrentando, y se estableció un listado y una serie de respuestas para asegurar la integración social de aquellos en situación de mayor vulnerabilidad, como la distribución de ayuda de emergencia en forma de alimentos, suministros higiénico-sanitarios y medicinas.
Aunque la pandemia causada por la Covid19 ha desordenado la planificación de muchos aspectos del proyecto, también ha hecho nacer un proyecto nuevo e importante con el reto que supone la enseñanza a distancia.
Para el curso 2020-21 Cáritas Española seguirá apoyando el Centro Baraka para que pueda continuar con su misión y evitar el riesgo de la exclusión social de los jóvenes, mujeres y niños, adaptando sus estrategias educativas para poder seguir con sus servicios a pesar de lo que puedan implicar los impactos de la pandemia.
Centro Baraka para la orientación, formación e inserción sociolaboral de Nador (Marruecos)