Con el Domingo de Ramos, toda la Iglesia se prepara para vivir “La Gran Semana”, la más importante del año litúrgico y la central para cada creyente. Recorriéndola interiormente y en comunidad, hacemos memoria del camino que deseamos seguir para vivir “vestidos de fiesta” de la Fiesta de la Resurrección.
También en nuestra Archidiócesis de Tánger hemos comenzado la Semana Santa, celebrando en cada parroquia este momento de aclamación del Señor, pidiéndole que nos ayude a acompañarLo hasta su Pascua, y muy especialmente en su Via Crucis.
Nuestro Arzobispo, Monseñor Emilio Rocha Grande, nos invitó a acompañar a Jesús en el realismo de lo que le tocó vivir, en el Getsemaní, cuando le pide al Padre que pase su hora; acompañar a un Jesús que se ve abandonado, negado, traicionado; nos exhortó también -según el momento personal que nos toca vivir- a identificarnos, poniéndonos en la piel de alguno de los personajes del tiempo Jesús, con Maria Su Madre, al pie de la cruz; o con Simon Pedro, impulsivo, generoso pero debil, que lo siguió hasta el final pero “de lejos”. Tal vez con judas, que lo traiciona por pocas monedas, quedando encerrado en su propia muerte interior. Tal vez con las mujeres, que son las únicas que se quedan hasta el final y esperan… contemplandoLo…
Ante la muerte no podemos hacer nada, dijo, pero podemos permanecer abiertos a la esperanza, seguros de la fidelidad de Dios que es irremovible, y de que sus promesas se cumplen. Teniendo como última palabra la Resurrección.
Buen camino hacia la Pascua!