El miércoles 15 de octubre, el monasterio carmelita de la Sagrada Familia y Santa Teresa del Niño Jesús, en Tánger, tenía mucho para celebrar, con gozo y alegría: La toma de hábito de una novicia; la solemnidad de la madre fundadora de las carmelitas descalzas, Santa Teresa de Ávila; la fiesta jubilar de su templo, declarada así por el arzobispo de Tánger, en su carta al inicio del Jubileo de la Esperanza 2025.
La Hna Guadalupe de la Sagrada Familia, después de un tiempo de postulantado, inicia su camino como novicia en este monasterio. La ceremonia de toma de hábito fue una celebración privada con su comunidad y fue una alegría añadida para todas sus hermanas carmelitas en este día tan señalado.
Para facilitar la participación de la comunidad cristiana, la misa jubilar se celebró a las 18.30h, en vez de a las 8h, como cada día, siempre abierta al público. De esta manera, numerosas personas se unieron a las carmelitas para festejar a la Santa y para atravesar la “puerta santa” de la capilla del monasterio, en procesión por los estrechos pasillos y la escalera de acceso.
Fr. Emilio Rocha Grande, ofm, arzobispo de Tánger, presidió la eucaristía, concelebrada también por el padre carmelita Antonio Ángel Sánchez Cabezas, ocd, y el párroco de la Catedral, Fr. Natale Fiumanó, ofm. En su homilía, Fr. Emilio recordó las cualidades de Santa Teresa, también con numerosas referencias a sus escritos. Hizo presente la centralidad de Cristo, de la encarnación del Hijo de Dios, en la vida y en la espiritualidad de la santa de Ávila; recordó su labor reformadora en el Carmelo, que no llevó a la ruptura sino a una fidelidad creciente en sus propios orígenes; y por supuesto, su profundidad contemplativa, su ser mujer de oración, que “habla de amistad con quien sabemos nos ama”.
Después de la eucaristía, los fieles presentes pudieron compartir una sencilla merienda fraternal junto a las hermanas carmelitas, como expresión de la alegría de la fiesta.
