La Delegación de ecumenismo, diálogo interreligioso y diálogo cultura-fe de la Archidiócesis de Tánger ha organizado la segunda edición de «Conocer el Islam». El curso será impartido por Fr. Manuel Corullón, ofm, del 17 al 19 de septiembre, y tendrá lugar en la Fraternidad Franciscana de Tetuán.
Esta formación está pensada para los agentes pastorales de nuestra diócesis: laicos comprometidos, religiosas, religiosos y sacerdotes. Se trata de una continuación de la primera edición que tuvo lugar el año pasado en Tánger, en la que el ponente continuará profundizando en el conocimiento del Islam, aunque se puede asistir a la edición de este año sin haber participado el año pasado. En esta ocasión, en Tetuán, habrá la posibilidad de visitar el Museo del Patrimonio Religioso y también una zawiya.
Para inscribirse (hasta el 1 de septiembre 2024) y consultar más detalles, se puede escribir al correo electrónico dialogointerreligiosotanger@gmail.com
El enfoque de este curso formativo se podría sintetizar con estas palabras: «conocer para amar y dialogar mejor». Puede ilustrarse también con este fragmento del discurso del papa Francisco a los sacerdotes, religiosos, consagrados y el consejo ecuménico de las iglesias, durante su visita a Marruecos en marzo 2029:
«En estas tierras, el cristiano aprende a ser sacramento vivo del diálogo que Dios quiere entablar con cada hombre y mujer, en cualquier situación que viva. Por tanto, es un diálogo que estamos llamados a realizar a la manera de Jesús, manso y humilde de corazón (cf. Mt 11,29), con un amor ferviente y desinteresado, sin cálculos y sin límites, respetando la libertad de las personas. En este espíritu, encontramos hermanos mayores que nos muestran el camino, porque con su vida han testimoniado que esto es posible, un «listón alto» que nos desafía y estimula. Cómo no recordar la figura de san Francisco de Asís que, en plena cruzada, fue a encontrarse con el sultán al-Malik al-Kamil. Y cómo no mencionar al beato Carlos de Foucauld que, profundamente impresionado por la vida humilde y escondida de Jesús en Nazaret, a quien adoraba en silencio, quiso ser un «hermano universal». E incluso a los hermanos y hermanas cristianos que han elegido ser solidarios con un pueblo hasta dar la propia vida. Así, cuando la Iglesia, fiel a la misión recibida del Señor, entabla un diálogo con el mundo y se hace coloquio, contribuye a la llegada de la fraternidad, que tiene su fuente profunda no en nosotros, sino en la paternidad de Dios… (Papa Francisco, «Encuentro con los sacerdotes, religiosos, consagrados y el consejo ecuménico de las iglesias», Catedral de Rabat, Domingo, 31 de marzo de 2019).