Fray Marko, nuevo sacerdote franciscano

La alegría de la comunidad cristiana de la Archidiócesis de Tánger es grande por la ordenación sacerdotal de Fr. Marko Bagarić, ofm, que se suma al gozo de su familia de sangre y al de toda la familia franciscana.

La celebración ha tenido lugar el sábado 22 de junio, a las 10h, en la iglesia de San Juan XXIII, papa, en Zagreb. Ha sido así porque la nacionalidad de Fr. Marko es croata, aunque lleva viviendo en Marruecos desde hace dos años y medio: primero en Rabat y desde septiembre 2023 en Tánger. Con él, han recibido el sacramento del orden sacerdotal en total 15 hombres, algunos como sacerdotes diocesanos y otros eran religiosos franciscanos, carmelitas y salesianos.

Hasta Zagreb ha viajado una delegación de nuestra archidiócesis, encabezada por su arzobispo, Fray Emilio Rocha, ofm, y con los otros frailes franciscanos de la fraternidad del nuevo sacerdote, entre otras personas. La celebración  fue presidida por el Arzobispo de Zagreb, Mons. Dražen Kutleša, y concelebrada por otros miembros del clero local.

Exactamente ocho meses atrás, el 22 de octubre 2023, Fr. Marko recibió la ordenación diaconal en la Catedral del Espíritu Santo de Tánger. Ahora, ha recibido el orden sacerdotal. Pero, ¿cómo vive Fr. Marko este momento tan especial? ¿Cuál ha sido su trayectoria hasta llegar aquí? De todo ello hemos conversado con él, para entender mejor y compartir con toda la diócesis su vivencia personal. 

  • ¿Cuándo y dónde naciste? ¿Cuándo y dónde entraste en los franciscanos?

Nací hace 34 años en Tomislavgrad, Bosnia y Herzegovina y tengo nacionalidad croata. Los franciscanos están en la parroquia de nuestra familia, dedicada a San Francisco, y los franciscanos me formaron religiosamente. Los primeros santos a los que recé fueron San Francisco y San Antonio de Padua. Mi abuela estaba en la orden secular de San Francisco y ese impacto de la espiritualidad franciscana marcó mi vida desde una edad temprana. Así que entré a los franciscanos en agosto de 2014. Nuestra formación tiene tres fases: postulantado, noviciado y seminario. Terminé el año de postulantado en Samobor, un pequeño pueblo cerca de Zagreb. Después acabé mi noviciado en el santuario de la Madre de Dios de la casa Nazarena en Rijeka, durante otro año. En 2021 estuve obteniendo un master (diploma) en la Facultad de Teología y Filosofía de Zagreb. Y desde la fiesta de la Virgen de Lourdes de 2022 estoy en Marruecos, por invitación del Ministro general P. Massimo Fusarelli.

– La llamada a la vida religiosa, como franciscano, y la llamada al sacerdocio: en tu experiencia personal, ¿han sido una misma cosa o hay matices diferentes? ¿Una evolución, una maduración?   

Creo que Dios a veces se adapta a nuestra lógica, por eso entré en los franciscanos. Como os decía, mi vida de fe está vinculada a los franciscanos desde pequeño. Además, en Croacia y en Bosnia y Herzegovina la situación es un poco específica: el 98% de los franciscanos son sacerdotes. Así que creo que yo recibí dos vocaciones en el mismo paquete…  De hecho, hasta que entré en el monasterio ni siquiera sabía que había frailes que no son sacerdotes, pero ciertamente cuando uno entra piensa en ese aspecto del franciscanismo. En este discernimiento, los hermanos y nuestros superiores nos ayudan discernir la vocación. Es importante tener el corazón abierto y escuchar la palabra de Dios, y los hermanos priores. Así la persona crece y madura en su propia vocación.

– Marko, ¿qué sientes en tu interior, ahora que has recibido la ordenación sacerdotal?

Me siento pequeño ante el misterio que me sobrepasa y ahora sólo quiero entregar todo mi ser y  amar a Dios, perseverar en mi vocación, justificar la confianza que Jesús tiene para mí y servirle como él quiera. Estoy orgulloso porque Jesús es nuestro Dios y sé que su bondad supera nuestra pequeñez y sólo puedo decir una cosa a Dios: Alabado seas, mi Señor.

  • ¿Qué le aconsejas a una persona que se esté planteando un camino de seguimiento a Jesús de manera plena?

Le aconsejo que sea valiente, que no tenga miedo a las dificultades, que es importante amar a Dios y a la Virgen, que es guardiana de nuestras vocaciones, trabajar cada día en uno mismo y ponerse incondicionalmente en sus manos, y Jesús guiará y arreglará todo.

Noticia en la web de la Archidiócesis de Zagreb.