14 de septiembre de 1930: Viciana (Barcelona)
2 de enero de 2021: Tánger, Marruecos
El Instituto Secular femenino PRO ECCLESIA, llamado también de Misioneras Eclesianas, fue constituido como Asociación y fundado en Tánger el 31 de enero de 1950.
La hermana Pilar llegó a Tánger en el año 1953 para incorporarse a aquella Asociación de Misioneras, que había fundado el sacerdote catalán D. Luis Riba Altarriba.
La Institución estaba dando sus primeros pasos, y, de alguna manera, eso hacía también la Hermana Pilar, pues tenía apenas 23 años.
Cuando todo es nuevo, todo se ha de aprender, y nueva era la fundación, nuevo el lugar de misión, estrenadas las esperanzas, y un mundo soñado que el trabajo había de hacer realidad.
La Hermana Pilar se entregó desde entonces con generosidad de madre al servicio de los pobres y de la Iglesia.
Decía de sí misma que era el comodín de Pro Ecclesia, pues aun habiendo tenido en breves periodos de tiempo un destino fijo, las urgencias la llevaban de un lugar a otro, y allí por donde pasaba, dejaba huella de lealtad, obediencia, sacrificio y amor.
Repetidas veces hubo de asumir el cargo de Responsable General del Instituto. La confianza que las Hermanas depositaban en ella nacía de la serenidad que inspiraba su palabra, de la sabiduría que se adivinaba en sus actitudes, de la bondad que le hacía siempre compañía, de su piedad sencilla, de su entrega a Dios, a la Iglesia, y a sus Hermanas Eclesianas.
Los últimos años de su vida los pasó en la Misión de Tetuán, donde las Eclesianas tenían una Escuela Profesional para formación y promoción de la mujer. Con todo, tampoco en ese destino dejó de ser el “comodín del Instituto”, y se desplazaba con frecuencia a dar una mano a las Eclesianas que trabajaban en España.
A causa de la Pandemia, las chicas en formación profesional en nuestras escuelas de Tánger y de Tetuán no pudieron examinarse el pasado mes de Junio, y prepararon el examen para Diciembre. La Hermana Pilar les prometió acompañarlas, tanto en Tetuán como en Tánger. Y así fue, con gran alegría por parte de una y otras.
A finales de Diciembre, nuestra Hermana se encontró mal. Se había contagiado con el corona-virus.
Nos dejó en pocos días. Se fue de puntillas, sin ruido, con su paz y la alegría que siempre la había caracterizado.
Amaba Marruecos. En esta tierra tiene su sepultura. Y en la Eternidad su VIDA.
Hermana ROSARIO PUIG TORRAS
1 de mayo de 1931: Navés (Lérida)
10 de enero de 2021, Tánger, Marruecos
Casi sin que se nos diese tiempo para un respiro, apenas ocho días después de que nos dejase la Hermana Pilar Prat, nos dejó también nuestra Hermana Rosario.
También ella entregó su vida como Misionera Eclesiana al servicio de la promoción de la mujer en estas tierras de Marruecos en las que nació nuestro Instituto.
También ella hizo de esta misión entre musulmanes el lugar propio de su responsabilidad cristiana y de su consagración al Señor.
Aquí pasó la mayor parte de su vida, enseñando, animando, acompañando a las jóvenes marroquíes que buscaban en nuestra Escuela la formación humana y profesional que necesitaban; fue un referente para ellas; la querían, y ella las quería y las sirvió hasta los últimos días, en que enfermó.
El Señor nos la dio. El Señor se la quedó.
En ocho días, nuestro Instituto ha perdido ¿ha encontrado? A dos de sus Hermanas. Las dos han dado la vida por la Misión de Marruecos; las dos se nos han ido de Tánger a la Patria, a recibir el abrazo del Padre, de la Virgencita de Montserrat, a la que tanto amaron.
Pilar, Rosario, estáis siempre en nuestro corazón, siempre en esta hermosa Iglesia en Marruecos, siempre en este querido pueblo marroquí al que tanto habéis amado.