
“En la JDJ he tenido el inmenso placer de conocer gente maravillosa: Personas de todos los ámbitos, almas rebosantes de alegría, corazones llenos de caridad y fe.
Quiero agradecer a todos los que han hecho posible este evento. Gracias por sus contribuciones, sus consejos y por compartir recuerdos inolvidables.
¡Doy gracias a Dios por este precioso anticipo del Cielo!”
Así se expresa uno de los participantes en las Jornadas Diocesanas de la Juventud que han tenido lugar del 17 al 20 de julio en la Parroquia de Notre Dame de la Assomption de Tánger.
Y es que realmente ha sido así: días de profundizar en la esperanza cristiana, de compartir la alegría de la fe, de convivir entre los jóvenes de las diversas ciudades de la archidiócesis, con la presencia del Resucitado en medio de ellos.
En el contexto del Jubileo de la Esperanza que vive la Iglesia Universal, ha sido fundamental el mensaje de Fr. Emilio Rocha Grande, OFM, arzobispo de Tánger, sobre la esperanza: una llamada a creer, a seguir adelante y a permanecer fieles, incluso en tiempos de prueba.
«La esperanza os mantiene alegres», Rm 12,12. Español – Français
Con este título, Fr. Emilio les ha hablado a los jóvenes de la esperanza cristiana. Retomando el lema jubilar, «Peregrinos de esperanza», recordaba que la vida cristiana es una peregrinación continua hacia Dios. En el camino de la vida, la esperanza, en lenguaje religioso, está muy alejada tanto del pesimismo como del optimismo; es una virtud teologal que se basa en la certeza de que Dios es fiel a sus promesas.
A partir de la carta encíclica Spe salvi, de Benedicto XVI, Fr. Emilio ha propuesto a los jóvenes la idea de un “gimnasio” para fortalecernos en la virtud de la esperanza cristiana, a través de tres puntos: la oración, la acogida cristiana del sufrimiento, la realidad última del juicio final y la vida eterna.
Próximamente, más testimonios de los jóvenes presentes en la
Jornada Diocesana de la Juventud 2025