De Madrid Arena. De la arena de las playas del Estrecho.
No hablaría de los muertos en el Madrid Arena si no los amase.
Ellos se han ido. En sus familias, entre sus amigos, en quienes los conocían, queda, junto al dolor, una gavilla de lazos rotos, de ilusiones truncadas, y la sensación de que algo les ha sido arrebatado para siempre, de que alguien les ha robado lo más querido.

Nuestros hijos mueren ahogados, unos en el Estrecho, otros en el Madrid Arena. No habrá justicia para nadie si no la pretendemos para todos.
Fray Santiago Agrelo, arzobispo de Tánger.