El día de la fiesta de la Presentación de Jesús al Templo se celebra desde hace 29 años la Jornada Mundial de la Vida Consagrada. Este año 2025, año jubilar, el lema para este día era precisamente “Peregrinos y sembradores de esperanza”.
Con este título, en la Archidiócesis de Tánger se celebró esta Jornada el sábado 1 de febrero, en los locales de la Catedral de la Inmaculada Concepción y del Espíritu Santo de Tánger, con la presencia de más de 50 personas, provenientes de todas las comunidades de vida religiosa y consagrada de la diócesis, desde Nador hasta Asilah, pasando por Ksar el Kebir, Tetuán, Martil, Fnideq, Alhucemas y la misma ciudad de Tánger.
El programa pretendía, además de crear una ocasión de intercambio, convivencia y comunión, poder reflexionar sobre la esperanza y tomar el pulso de quienes viven donados a Dios en estas tierras, como peregrinos y sembradores de esperanza.
La introducción realizada por Fr. Emilio Rocha, ofm, arzobispo de Tánger, fue muy rica e iluminadora, con tantas pinceladas sobre la esperanza y la misión profética que estamos llamados a vivir, que estimularon mucho el intercambio en pequeños grupos que tuvo lugar a continuación, en torno a dos preguntas fundamentales:
- ¿Cómo vamos sembrando esperanza en los ambientes donde nos movemos a diario?
- ¿Cómo va nuestra profecía y nuestras relaciones abiertas con los demás?
El resumen de todo lo compartido se presentó a modo de oración de los fieles durante la eucaristía que concluyó la mañana de encuentro.
Para el momento de la comida fraterna se sumaron un grupo de 18 docentes universitarios e investigadores del proyecto “Teología del Mediterráneo”, con el que, por la tarde, se pudo compartir un momento de diálogo.
Este proyecto involucra la Pontificia Facultad Teológica de Italia Meridional, otros profesores de universidades civiles y eclesiásticas de la Red Teológica Mediterránea y la orden religiosa de los Trinitarios. La tarde de diálogo ha sido un momento enriquecedor para todos: para las comunidades religiosas presentes en el norte de Marruecos, para conocer el proyecto y sentirse en cierto modo parte de él; y para los miembros del proyecto, para tomar el pulso de la vida cristiana en estas tierras a través de sus protagonistas.