Año Jubilar de la Misericordia 2016
Cuaresma – MARRUECOS
Saludo fraterno y lleno de ternura desde las tierras de los musulmanes. Asalama aleykum !!!
En los primeros días del Año Nuevo 2016, recibí una carta firmada por el arzobispo Rino Fisichella del Pontificio Consejo para la Promoción de la Nueva Evangelización, que fue una confirmación de que el Santo Padre Francisco había aceptado mi candidatura para ser misionero de la misericordia. La carta explica que el Papa Francisco espera de los Misioneros de la Misericordia, que seamos los ministros de la confesión, llenos de amor y compasión, atentos a todas las situaciones difíciles de la vida de las personas, abrazando a cada penitente con el Corazón de Cristo.
Este servicio en Marruecos es una corriente de misericordia que llega hacia nuestros hermanos musulmanes por medio de nuestra presencia y oración gratuita. Por otro lado hay los “pobres del Señor” presentes en los migrantes, encarcelados, turistas, personas que buscan el sentido de su vida.
Ser Misionero de la Misericordia en el Año Jubilar supone entrar en más profunda amistad con Jesús para ser una mano de Dios hacia los heridos por el pecado y fragilidad. En mi corazón nace el deseo de agradecimiento a Jesús por su llamado que escoge los vasos de barro de nuestros corazones en el sacerdocio para curar y amar, para – ser Misericordiosos como lo es nuestro Padre.
El papa Francisco nos ha explicado a los Misioneros de la Misericordia, que delante de nosotros, en la confesión, hay una persona ‘desnuda’. Una persona “que siente el deseo de ser acogida y perdonada y cubierta con la manta de la misericordia del Dios Padre”.
El miércoles de ceniza hemos sido enviados, los Misioneros de la Misericordia para ser confesores según el corazón de Cristo y recibimos el “mandato” junto a la facultad de absolver también los pecados reservados a la Sede Apostólica.
Un misionero de la misericordia lleva sobre los propios hombros al pecador (como lo expresa el logo del Año de la Misericordia), y lo consuela con la fuerza de la compasión. El Santo Padre ha asegurado que ser Misioneros de la Misericordia es una responsabilidad que se nos confía, para despertar el amor de Dios en el mundo.
Los Misioneros de la Misericordia peregrinando hacia la PUERTA SANTA de la Basílica de S.Pedro Drzwi Święte Bazyliki Świętego Pitra
No es fácil ponerse delante de otro hombre, más aún sabiendo que representa a Dios, y confesar el propio pecado. Se siente vergüenza, tanto por lo que se ha hecho, como por confesarlo a otro. La vergüenza es un sentimiento íntimo que incide en la vida persona y requiere por parte del misionero de la misericordia una actitud de respeto y de aliento.Somos llamados a ser expresión viva de la Iglesia que como madre acoge a todo el que se acerca a ella, sabiendo que a través suyo entra en Cristo. Y en el confesionario es Cristo quien acoge, escucha, perdona y da la paz. Cada misionero está llamado a recordar la propia existencia de pecador y a ofrecerse humildemente como ‘canal’ de la misericordia de Dios.
En la peregrinación por la calles de Roma hacia la Basílica de San Pedro los Misioneros de la Misericordia hemos cantado la alegría de sentirnos amados y perdonados. Cruzando la PUERTA SANTA, hemos entrado en el corazón de Jesús y estando ya en la Basílica de San Pedro, hemos venerado dos santos “ministros del perdón de Dios”, san Leopoldo Mandic y san Pío de Pietrelcina, cuyas reliquias se encontraban por una semana en el Vaticano.
El papa Francisco impone las cenizas
En total, somos más de mil los Misioneros de la Misericordia en todo el mundo, para ser “testigos privilegiados en sus Iglesias particulares de la extraordinariedad del evento jubilar”.
Y el bello consejo del Papa Francisco: “Cuando sintáis el peso de los pecados confesados a vosotros y el límite de vuestra persona y de vuestras palabras, confiad en la fuerza de la misericordia que va al encuentro de todos como amor que no conoce límites”.
He regresado a Marruecos rejuvenecido y con el corazón nuevo deseoso vivir el don del Padre y de su Misericordia. Hay en mí un gran deseo de acercamiento hacia la Misericordia presente en el islam y en los musulmanes. En cada surata de su libro sagrado del Corán, se reza:
“En el nombre de Dios, el Compasivo, el Misericordioso”
Todo un desafío para vivirlo y tocarlo… a pesar que el mundo dice lo contrario…
Mientras tanto iré el miércoles siguiente a la cárcel de Tetuán para llevar un poco de esperanza, de ropa y comida, de la misericordia…
TENGAN UN TIEMPO DE CUERESMA Y DE LA MISERICORDIA ABUNDANTE Y SENTIDA EN PROPIA CARNE Y EN EL ESPIRITU, Y COMPARTIDA CON NUESTROS HERMANOS POBRES Y RICOS… TODOS SOMOS HIJOS DE DIOS… simeón ofm
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