Originalmente se denominaba “fiesta de las semanas” y tenía lugar siete semanas después de la fiestade los primeros frutos (Lv 23 15-21; Dt 169). Siete semanas son cincuenta días; de ahí el nombre de Pentecostés (= cincuenta) que recibió más tarde. Según Ex 34 22 se celebraba al término de la cosecha de la cebada y antes de comenzar la del trigo; era una fiesta movible pues dependía de cuándo llegaba cada año la cosecha a su sazón, pero tendría lugar casi siempre durante el mes judío de Siván, equivalente a nuestro Mayo/Junio. En su origen tenía un sentido fundamental de acción de gracias por la cosecha recogida, pero pronto se le añadió un sentido histórico: se celebraba en esta fiesta el hecho de la alianza y el don de la ley.
El domingo pasado hemos vivido una celebración gozosa en nuestra Iglesia Catedral de la Inmaculada Concepción de Tánger.
Con la celebración del Sacramento de la confirmación, 11 hermanos en la fe provenientes de diferentes países de Africa han dado un color especial a este momento enriquecido por la presencia de nuestro Arzobispo Mons. Emilio que presidió la Santa Misa impartiendo el Sacramento a los jóvenes; del párroco de la Iglesia de la Asunción, Fray Thadee y la de los hermanos franciscanos, religiosas y religiosas y pueblo todo de Dios que en clima de particular alegría celebró la efusión del Espiritu Santo sobre cada uno de nosotros
Invoquemos, una vez más, al Espíritu Santo para que nos regale sus luces y su fuerza y, sobre todo, nos haga fieles testigos de Jesucristo, nuestro Señor.