Caminar juntos, musulmanes y cristianos, para compartir itinerarios de fe, sin mezclas, respetando al otro y deseando crecer en la propia fe a partir de la experiencia espiritual del otro. Este ha sido el objetivo de la pequeña peregrinación islamo-cristiana de un grupo de jóvenes, organizada por la Delegación diocesana de diálogo interreligioso, del 26 al 29 de abril 2024.
Paulina, Soufiane, Tony, Mohamed, Florent: jóvenes con una cierta madurez espiritual, 2 musulmanes y tres cristianos, convencidos de que todos venimos de Dios y a él volveremos, que desean vivir una experiencia de Fraternidad Humana y de apertura al diferente, una experiencia espiritual única en la que la diferencia no es un obstáculo para ir a Dios sino un camino que nos lleva a él y nos enriquece.
Acompañados por los religiosos javerianos P. Rolando y P. François, realizaron esta experiencia de viajar juntos y sin prejuicios, visitando un lugar cristiano y uno musulmán en dónde se acoge y se es acogido. Así, estuvieron con los monjes cistercienses de Notre-Dame de l’Atlas, con los nómadas Amazigh del Alto Atlas marroquí, en un albergue de montaña y en la Zawiya Sidi Hamza.
En resumen: peregrinar juntos, escucharse uno a otro, orar desde la propia fe, encontrándose con el otro, descubriéndolo como una riqueza y oportunidad, para abrirle el corazón y dejarse interpelar por él.
Ha resultado una vivencia de apertura de nuestros horizontes en este siglo XXI y es que, como dice el documento sobre la fraternidad humana de Abu Dabi 4, de febrero de 2019, “la fe lleva al creyente a ver en el otro a un hermano que debe sostener y amar. Por la fe en Dios, que ha creado el universo, las criaturas y todos los seres humanos —iguales por su misericordia—, el creyente está llamado a expresar esta fraternidad humana, protegiendo la creación y todo el universo y ayudando a todas las personas, especialmente las más necesitadas y pobres…”
Al retorno, el testimonio fresco de cada joven, nos transmite la experiencia vivida en primera persona.
Paulina:
“Buenos días he llegado bien y gracias por todo, he pasado uno de los mejores días de mi vida y que van a quedar como buenos recuerdos para compartir. Os quiero mucho a todos Soufiane, Tony, Mohamed, Florent. Muchísimas gracias van a mis Padres Rolando y François por la paciencia que han tenido con nosotros y que Dio os bendiga con muy buena salud, sabiduría y felicidades para que prosigáis con vuestra misión”
Soufian:
“Espero que todos os encuentréis en las mejores condiciones y os agradezco mucho por esta hermosa oportunidad que me habéis brindado de estar con vosotros en este hermoso, maravilloso e indescriptible Hajj y por esta experiencia única, mis hermanos cristianos, por compartir el significado, por su método de oración y sus hermosos rituales. También agradezco a Mohammed por su maravillosa compañía y a Tony también. Gracias a todos, y espero que nos volvamos a encontrar lo antes posible.”
Florent:
“Hola a todos. Aprovecho este mensaje para dar las gracias a Dios por permitirnos pasar este tiempo juntos. Gracias al P. Rolando por haberme permitido participar en esta peregrinación. Gracias al P. François por sus palabras. Gracias a cada uno de vosotros, Tony, Paulina, Mohammed y Soufian. Es imposible salir de esta peregrinación sin ningún cambio. La experiencia con el Sr. Cherif y la señora de la tienda me mostró que el otro no es necesariamente el que conozco muy bien, sino el que es diferente de mí. Y que el amor trasciende nuestras diferencias (religiosas). Mil gracias a vosotros.”
Tony:
“Hola a todos, soy Tony, sólo quiero deciros que he llegado a casa sano y salvo por la gracia de Dios. Rezo para que todos volváis a casa, sanos y salvos, como yo lo estoy ahora mismo. Gracias por esos días extraordinarios que pasamos juntos. Sin lugar a dudas, se quedarán en nuestra mente para siempre. Permitidme recordaros que recéis siempre por todos nosotros. Gracias.”
Mohamed:
“He tenido que esperar unos días después antes de escribir sobre la experiencia vivida junto mis hermanos espirituales. Una peregrinación islamo-cristiana es algo que no pasa siempre, un poco raro a la vista de otras personas pero es algo que ha pasado realmente, y los que la compartieron, no han salido como han entrado, y han descubierto y conocido al otro como realmente es, no según los prejuicios dictados por la sociedad de la que formamos parte.
Un grupo de siete personas, cinco de fe cristiana, y dos musulmanes. Los obstáculos han sido bastantes: la lengua, la cultura, la religión, etc. El desafío era desmontar lo que conoces del otro y darle la oportunidad para que defina a sí mismo como es de verdad, acoger al otro y sentirse acogido por él, y la meta final es crear vínculos y formar una familia.
Buscar a Dios al lado del otro ha sido una nueva experiencia, rezar mis cinco oraciones como musulmán en el silencio del monasterio ha sido algo muy especial, me ha permitido sentir una conexión bonita con Allah. Asistir a la misa en la iglesia fue un privilegio.
Cuando se trata de buscar a Dios, me quedo con la respuesta del padre François: «Dios está siempre con nosotros, y cuando hablamos de buscarlo, la cuestión no se trata de un vacío entre él y nosotros, sino un camino junto a él.» Eso me ha recordado a un versículo del Corán: «Y si mis siervos te preguntan por mí [¡Oh, Mohammad! Diles] que estoy cerca de ellos. Respondo la súplica de quien me invoca. [Entonces] que me obedezcan y crean en Mí que así se encaminarán.» Surah al bakara, versículo 186.
La peregrinación ha sido una oportunidad para convivir juntos y con otra gente del Marruecos profundo. Me quedo con la generosidad del Cherif y el cariño de su familia, con la sonrisa de la mujer nómada y su alegría por nuestra visita, con el entusiasmo del Hamzawi al vernos, y su empeño en mejorar las condiciones de vida en su pueblo, con la tranquilidad que me transmitieron José Luis, Stephanie, con muchas cosas y personas muy bellas.
Dijo el padre Ronaldo: «Para que una peregrinación islamo-cristiana tenga éxito, tenemos que salir de lo humano a lo espiritual». Cuánta razón ha tenido. Siguiendo este consejo creo que la experiencia vivida junto a mis hermanos ha tenido mucho éxito y me ha permitido cambiar para mejor. Gracias a Rolando, François, Tony, Soufian, Paulina, Florent.”
Acabamos con un agradecimiento a todos los que nos han acogido y han hecho posible nuestra peregrinación, especialmente a la High Atlas Foundation – DAKIRA- USAID que ha facilitado esta experiencia gracias a su generosa financiación, sin la cual no se hubiese logrado materialmente esta experiencia. Dios os bendiga siempre.
Rolando Ruiz Durán sx
Delegación diocesana de ecumenismo, diálogo interreligioso y diálogo con la cultura