Venir en peregrinación a Marruecos

La Archidiócesis de Tánger ha acogido la peregrinación de la Parroquia de Ntra. Sra. de Consolación de Córdoba, que ha tenido lugar del 22 al 26 de octubre de 2025.

Quizá pueda llamar la atención la idea de viajar a un país musulmán para realizar una peregrinación católica, pero, en base a la experiencia de las 34 personas que lo han hecho durante la semana pasada, podemos decir que es posible y más aún, fructífero para la fe de los creyentes en Jesucristo.

D. Joaquín Pérez, párroco de Ntra. Sra. de Consolación, nos ha explicado cómo surgió la idea de peregrinar a Marruecos. Todo empezó con un encuentro “casual”, durante una reunión de arciprestazgo, con un religioso javeriano, el P. Rolando, que entonces residía en la comunidad de Fnideq (Marruecos). Ese fue el germen de esta peregrinación. El destino no ha sido un santuario concreto, sino las comunidades cristianas presentes en estas tierras, y a la vez, un encuentro con el pueblo marroquí y su cultura. “Ha sido una peregrinación hacia la Iglesia de Marruecos y hacia el pueblo de Marruecos”, nos decía D. Joaquín.

Con el arzobispo de Tánger, Fr. Emilio Rocha Grande, ofm

Así ha sido, a través de cada visita durante esos cinco días, tan bien aprovechados. Los peregrinos de la parroquia cordobesa comenzaron con la llegada a Tánger y la visita a la Catedral de la Inmaculada Concepción y el Espíritu Santo de Tánger. Allí, participaron en la misa Parroquial presidida por nuestro arzobispo y pudieron saludar a Fr. Emilio Rocha Grande, ofm, arzobispo de Tánger, y al párroco de la catedral, Fr. Natale. Después de la celebracion tuvieron un encuentro con Mons. Emilio para conocer la realidad de la comunidad cristiana en la ciudad y en la diócesis. El encuentro con el arzobispo fue un momento de diálogo abierto y espontáneo, lleno de cercanía, que preparó a los peregrinos para conocer la presencia de la Iglesia aquí, “insignificante, pero significativa”, como suele recordar Fr. Emilio, haciendo alusión a las palabras del papa Francisco en su visita a Rabat.

Después de celebrar la eucaristía en Asilah

También visitaron la Parroquia de San Bartolomé de Asilah. Allí, además de celebrar la Eucaristía con el párroco, Fr. Agatino, pudieron conocer, de la mano de las religiosas allí presentes, las Misioneras del Señor de los Corazones y Santa María de Guadalupe, la presencia y la acción de los católicos en la localidad. En el mismo día, por la tarde, fueron acogidos en la Parroquia de Nuestra Señora del Pilar, de Larache, donde celebraron una Hora Santa de adoración al Santísimo y el rezo de Vísperas, con la comunidad franciscana allí presente, que les ofreció también su testimonio.

Conociendo a la comunidad franciscana de Larache

La ciudad de Tetuán acogió al grupo cordobés durante dos días, en que compartieron la misa con los parroquianos habituales, y a través de Fr. Omar, párroco de Nuestra Señora de las Victorias, llegaron a conocer la historia y el presente de la vida de la Iglesia en la que fue la capital del Protectorado español en Marruecos.

Conociendo la Parroquia de Nuestra Señora de las Victorias, de Tetuán

La peregrinación también ha visitado la comunidad cristiana de Fnideq (o Castillejos, según la toponimia en español), que se expresa en la presencia de los religiosos javerianos que allí viven y llevan adelante el Centro sociocultural Lerchundi de esa ciudad.  Allí fueron a cogidos por el P. François.

Además, las visitas culturales y los paseos por las medinas, la excursión a Chefchauen, la ciudad azul, etc. han permitido sumergirse en el contexto de este país tan cercano geográficamente y tan distinto culturalmente, con el que existen muchos vínculos históricos, para apreciar mejor la significación de la vida de la Iglesia en estas tierras.

Los peregrinos cordobeses en Chefchauen

D. Joaquin nos reconoce que, a priori, tenía sus inquietudes sobre cómo se desarrollaría la peregrinación, no solo en los aspectos concretos, sino también interiormente, en cada uno de los participantes. Pero ha podido comprobar y así lo explica, que el camino recorrido, también espiritualmente, ha sido profundo: conocer los testimonios de los y las religiosas aquí presentes, ha ido dejando huella; compartir las eucaristías con los fieles cristianos del lugar; percibir el carácter acogedor del pueblo marroquí… todo ha ido contribuyendo a realizar una vivencia de fe.

La jornada de conclusión, con la misa dominical en la catedral, la posibilidad de la confesión allí o en momentos anteriores, unos momentos de oración y cantos a la Virgen, fueron los ingredientes para vivir una experiencia “jubilar” espiritual de gran intensidad para todos los peregrinos.

Sin duda, también ha sido una vivencia muy enriquecedora para las comunidades cristianas de la Archidiócesis de Tánger que han podido acoger la peregrinación cordobesa, además de una enorme alegría compartida por parte de todos. Demos gracias a Dios.

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