Entrega del titulo del doctor en teologia
Relaciones entre el poder (al-sulṭān) y la obra religiosa y humanitaria de los Frailes Menores
Autor: Hno. Simeón Stachera ofm
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“El encuentro con el islam es una oportunidad para descubrir el otro lado del rostro de Dios que no solamente acepta las diferencias, sino que aún se regocija en la diversidad”[1].
- 1. Título y motivación del trabajo de la Tesis
En los primeros meses de mi llegada a la misión de Marruecos, he tenido la oportunidad de tocar los documentos de la época de los sultanes del siglo XVII y XVIII. Todo escrito con caligrafía árabe en un material que resistió a lo largo de los siglos se encontraba en el Archivo Diocesano de Tánger. Los documentos inéditos llevaban la firma y el sello de sultanes marroquíes, y estaban dirigidos a frailes españoles, que entre los años 1637 y 1794 desempeñaron su actividad misionera.
Se trata de 111 dahires y 8 cartas, a los que adjuntamos el dahir que en el año 1985 su Majestad Hasan II dirigió al Papa Juan Pablo II, documento que es considerado como el estatuto jurídico de la Iglesia Católica en el Marruecos de nuestros días.
No ha sido difícil darle el título al trabajo que reflejaba las relaciones entre dos mundos, entre el cristianismo y el islam enfrentado desde hacía siglos, donde el hombre profético San Francisco de Asís y sus hermanos han iniciado un encuentro con el poder de los sultanes en el servicio a los cautivos y a los mismos musulmanes.
Franciscanos y sultanes en Marruecos. Relaciones entre el poder y la obra religiosa y humanitaria de los Frailes Menores, ha sido motivado por el tesoro de los documentos hallados (firmanes) y la misma presencia casi no interrumpida a lo largo de VIII siglos de los franciscanos, en gran parte procedentes de España.
Fr. José María López, en 1924, decía:
“Seguimos abrigando la firme confianza de que no estará lejano el día que se reproduzcan y publiquen estos preciosos documentos con su traducción y notas histórico-descriptivas correspondientes”[2].
Confío, que en parte, hemos respondido en el trabajo presentado a los objetivos propuestos y salientes a lo largo de este trabajo.
- 2. Tesoro histórico-documental en el Archivo Diocesano de Tánger
El Arzobispado de Tánger en Marruecos, como persona jurídica es el heredero natural de toda la documentación producida y conservada en la Misión Católica Española de Marruecos a lo largo de su historia. Entre los fondos del ADT no sólo destacan piezas individuales[3], sino series completas de documentos de imprescindible consulta[4] para conocer los hechos de la comunidad franciscana en Marruecos y de sus personajes más relevantes. Son muy interesantes, las colecciones epistolares mantenidas entre la Misión y jefes de Estado y de Gobierno y ministros de la España de la Restauración borbónica. Sin duda ninguna, el tesoro histórico-documental más relevante forma la colección de los dahires imperiales a favor de los misioneros franciscanos españoles de Marruecos, compuestos entre los años 1637 y 1794.
Durante 5 años he organizado, estudiado y sacado a la luz del día el tesoro escondido a los ojos del mundo.
- 3. Primera lectura de los documentos
Los dahires están presentados en versión bilingüe, árabe y español. Después de la primera lectura de los documentos me di cuenta que son producto de la acción misionera y pastoral de los frailes en Marruecos y sus contactos directos con los monarcas de las dinastías sultánicas, especialmente de la dinastía alauí.
- 4. Metodología
A partir del material recogido, inicié la investigación y un estudio centrado en la dimensión religiosa y humanitaria de la labor misionera de los frailes españoles en el tiempo de cautiverio en Marruecos. Primeramente, inicié una búsqueda bibliográfica adecuada, que me permitió elaborar una introducción y luego estructurar el trabajo de investigación.
El núcleo principal de la investigación ha sido el trabajo sobre los dahires, aproximación a una historia significativa en el mundo de las relaciones de los franciscanos con los musulmanes en Marruecos, el análisis de los conceptos teológicos cristianos e islámicos dentro de los dahires, en orden a establecer su importancia para la evangelización y el diálogo interreligioso. A partir de los documentos Redemptoris Missio y Diálogo y Anuncio se analizó 8 formas de la misión evangelizadora y se estableció, cuáles de ellas han sido las más intensamente llevadas a cabo por los frailes a la luz de los firmanes.
El método histórico lleva sus exigencias dentro del tiempo que comprende la existencia de los documentos encontrados y la investigación hecha sobre ellos, tanto en el contexto como también en el contenido de los mismos.
Observaciones, entrevistas y comparaciones intentan enriquecer el trabajo, sobre todo en su parte de síntesis y la propuesta teológica para los tiempos de hoy.
- 5. Itinerario del estudio
Primera parte: Francisco de Asís y sus compañeros al encuentro del islam
Capítulo 1: Francisco de Asís: sus inquietudes e inspiraciones
Capitulo 2: La primera fraternidad, Orden de hermanos menores y regla de vida
Capítulo 3: Al encuentro del islam
Segunda parte: Franciscanos y sultanes en Marruecos: carisma y poder
Capítulo 4: Tres etapas claves de la labor misionera franciscana en Marruecos
– desde 1219 hasta 1630
– desde 1630 hasta 1859
– desde 1859 hasta hoy
Capítulo 5: Los sultanes de Marruecos y su actuación
Capítulo 6: Los firmanes (dahires) de los sultanes confirmados a los misioneros franciscanos
Capítulo 7: La frailía de los sultanes
Capítulo 8: Cautivos en el reino de Marruecos y su redención. Cautiverios – mazmorras
Tercera parte: “De la frontera al encuentro”: una propuesta para la iglesia de hoy
Capítulo 9: Obra religiosa y humanitaria franciscana en la época de los firmanes
Capítulo 10: Visión teológica de la misión franciscana a partir de los contenidos de los firmanes. Una propuesta para la iglesia de hoy
– Beato Juan de Prado
– Padre José Lerchundi: misionero franciscano, pionero del diálogo interreligioso
– Arzobispo de Tánger: Mons. Antonio Peteiro Freire. Hombre de pasión y de esperanza
Conclusión
A) Francisco de Asís y los frailes al encuentro del islam
B) Firmanes sultánicos a favor de los franciscanos en Marruecos
C) “De la frontera al encuentro”. La gracia de ser peregrino
D) Reflexión final
Documentos separados
Volumen – documentos I (Textos originales de los firmanes de los sultanes con sus traducciones en español del P. Cervera)
Volumen – documentos II (Transcripciones de los firmanes en árabe y español)
Adjunto con el disco CD.
FRANCISCANOS Y SULTANES EN MARRUECOS
La misión franciscana en Marruecos puede considerarse fundada por San Francisco, cuando en 1219 mandó a estas tierras su primera expedición de misioneros, a las órdenes de Fr. Vidal de Narni. El mismo Francisco de Asís intentó llegar al lugar de los sarracenos[5] en dos oportunidades sin conseguir lo deseado.
El santo deseo de Francisco se consuma en el encuentro de Damieta con el sultán[6] al-Malik al-Kāmil (1219) en el tiempo de la quinta cruzada.
Aquel encuentro tiene varias consecuencias posteriores, válidas hasta nuestros tiempos. El encuentro con el islam inyecta a la primera fraternidad el espíritu misionero. De allí nace la Regla de Vida, donde por primera vez se habla de las misiones entre los musulmanes. Es sin duda la primera regla misionera dentro de la historia de la vida religiosa en la iglesia. Todos están de acuerdo en que el encuentro, históricamente documentado, de Francisco con el sultán al-Malik al-Kāmil en Damieta, inició un nuevo tipo de relaciones con los no-cristianoes. Lo que hoy llamamos el diálogo interreligioso se inició en la orilla del creyente musulmán, pero por iniciativa cristiana.
La misión franciscana en Marruecos se destaca por la presencia de un gran número de franciscanos españoles a lo largo de todos estos siglos. Ellos intervinieron en el campo de las relaciones humanas, sociales, políticas, culturales y religiosas. Siempre constituyeron un colectivo socio-religioso, cuyo distintivo de la propia identidad era la minoridad y el servicio desinteresado tanto a los pequeños como a los grandes de la sociedad.
DAHIRES
El primero de los firmanes corresponde al sultán Saadita Muhammad X, quien lo expidió en septiembre de 1637, pocos años después de establecidas nuevamente las misiones franciscanas en Marruecos. El último es del sultán Solaimán II y está fechado el 5 de marzo de 1794, o sea poco antes de ser abolida la esclavitud en el imperio.
Estudiando los firmanes no se puede ignorar la conducta oficial de los sultanes, especialmente de la dinastía alauita, con los franciscanos de Marruecos. Estos documentos se han conservado afortunadamente para probarnos que los soberanos del Magreb reconocían y ayudaban el ministerio caritativo de sus franciscanos[7]. Cosa curiosa: el sultán Mulāy Ismā‘īl, según varios autores, el más terrible entre los soberanos, era el mejor y mayor protector de los franciscanos y les otorgó privilegios que ninguna nación cristiana se atrevería a pedirle para ellos. Existen 30 firmanes de este sultán.
Entre los puntos destacables dentro de los dahires aparecen la organización de la misión, la espiritualidad y las necesidades de los cautivos, el movimiento de los frailes en el territorio amplio del país jerifiano y varios contactos con España, como diferentes expediciones, llamadas las Embajadas. Presencia de los frailes entre los cautivos con todas sus consecuencias formaba la labor pastoral y caritativa.
Analizando detalladamente los dahires se puede agrupar diferentes privilegios de los cuales gozaban los frailes:
- La libertad de movimientos por todo el territorio de Marruecos
- La pacífica estancia de los frailes en las poblaciones y la protección de la parte de los responsables
- La exención de toda carga
- El privilegio de enviar nuevos frailes de España
- Los privilegios de aduanas, las franquicias de todo orden
- El privilegio de libre tránsito de ida y vuelta desde Marruecos hacia España
- Protección contra los piratas
- Órdenes dadas por los sultanes para el cumplimiento de los dahires
- Protección y buen trato para los frailes
- “Únicamente los frailes españoles…”
- Privilegios especiales para los frailes de la Corte de Fez, de Tetuán y Marraquech
- Privilegio de ejercer la justicia entre los cautivos cristianos
- Aprecio y protección extraordinaria de los frailes
- Privilegio de exportación de los artículos especiales desde Marruecos hacia España
- Privilegios para los comerciantes cristianos por medio de la intercesión de los frailes
- Derechos en el caso de los difuntos
Por otro lado la obra religiosa y humanitaria de los frailes que mencionan los dahires es muy amplia pero vista y acordada solamente por los sultanes:
La labor caritativa con los cautivos en mazmorras
El cuidado de los enfermos. La llegada de los médicos
La construcción de las casas y su mantenimiento
Las necesidades cotidianas
La labor de redención de los cautivos
La labor religiosa – pastoral:
Los casamientos
Las defunciones
La labor pastoral con los cristianos en libertad
La labor humanitaria con los musulmanes
Todos los dahires están llenos del contenido teológico islámico. Son numerosos y muy variados los saludos de cada firmán. En general expresan la principal creencia del islam de la unicidad de Dios.
“La alabanza al Dios único. No hay poder ni fuerza sino en Dios, el Alto, el Grande. No hay más Señor que Él, y nadie es adorable con justicia excepto Él”[8].
“No hay otro Dios que Él, ni otro bien que su bien Señor del trono augusto”[9].
Dentro de la colección de los dahires se puede distinguir varios modelos de los saludos (p.210, 211).
Por otro lado los contenidos teológicos cristianos son muy escasos. Los saludos dirigidos a los frailes no tienen que ver nada con los saludos anteriores. Son muy sencillos y pobres. Evocan la persona o el grupo de las personas y el deseo de la paz “para el que sigue el camino”.
إلى الفرايلي دياكو سلام على من اتبع الهدى
“Al fraile Diego la paz sea con quien sigue el camino”. (Dh 106 – Dh 108 – Dh 110)
إلى كافة جماعة الفرايلية من جنس الاسبنيول سلام على من اتبع الهدى
“A toda la reunión de los frailes españoles la paz sea con quien sigue el camino”. (Dh 53)
De la confianza que los franciscanos inspiraron a los sultanes marroquíes, dan fe los contenidos de los distintos dahires que aquellos firmaron:
“…hemos ordenado a los Jefes de las Kábilas y a todos nuestros súbditos, por donde pasasen los frailes los reciban con agrado y háganles guardia y enséñenles el camino que les conduce a sus fines y guárdenlos y protéjanlos al paso de los valles y háganles el bien y los que les hiciese algún daño, tema por su cabeza”[10].
Los firmanes reflejan las apreciaciones que los sultanes hacen hacia los frailes. Es fruto de un largo caminar que han hecho los franciscanos en la tierra de Marruecos. El más mencionado y conocido fray Diego de los Ángeles, llega a ganarse el corazón de Mawlāy Ismā‘īl en varios dahires:
“… (fray Diego de los Ángeles) diligente en nuestro servicio y solícito para captarse la benevolencia de nuestras puertas ensalzadas por Dios, le hemos dado licencia para que pueda enviar según su parecer a cualquier de los frailes sus compañeros que le convenga, allende el mar, cuando quiera, y como quiera y por cualquier puerto que quiera de todos nuestros puertos los guardados por Dios, sea ensalzado, y en cualquier tiempo que sea, tanto en el puerto de Salé como Tetuán, el Rif u otro, sin que se le cause disgusto sobre el particular y sin impedimento de parte de los alcaides de los puertos. El que se entere del presente les cumplirá lo que en él se determina, sin falta alguna”[11].
El diálogo en general es una actitud espiritual de amor, apertura y comprensión que busca el bien del interlocutor. El diálogo interreligioso es el diálogo con los hombres que creen en Dios. Los sultanes en todos los firmanes se identifican con su pertenencia religiosa al islam. Desde su posición aceptan la presencia de los frailes. Los respetan y protegen. Hablan a otros muy bien de ellos.
Se puede decir a base de los dahires que los sultanes están a favor del ejercicio de asistencia religiosa y cierta libertad del culto en ámbitos restringidos, puesto que en ellos conceden numerosos privilegios a los misioneros franciscanos, aceptan su misión, la de atender espiritualmente a los cristianos, manteniendo y fomentando el servicio social entre ellos, ministerio que era conocido y autorizado por los soberanos marroquíes.
Creo que se puede hablar de una visión teológica de la misión franciscana a partir de los firmanes. Tanto los conceptos teológicos islámicos como cristianos permiten establecer la importancia para la evangelización y diálogo interreligioso y delimitan las formas de presencia de los frailes en Marruecos. El diálogo entre culturas, o entre religiones, además de ser una necesidad para favorecer una convivencia en paz, es una exigencia de la fe.
El documento de la iglesia: Redemptoris Missio ilumina la labor de los franciscanos y sus relaciones con los sultanes. Los grandes espíritus misioneros de cada etapa franciscana (Beato Juan de Prado, el P. José Lerchundi y Mons. Antonio Fraire Peteiro) testimonian de la utopía franciscana: de la frontera al encuentro.
Para cruzar dichas fronteras hay que tener osadía de salir al encuentro del otro, conocer su identidad y aceptar todo su pasado y presente. Solamente en el diálogo se descubre la riqueza del otro.
Reflexión final.
Aportación del presente trabajo a la iglesia, sociedad, al diálogo, al encuentro.
Hoy los franciscanos siguen la misión encomendada por san Francisco….
Pierre Teilhard de Chardin se hacía esta pregunta : « ¿Cuál será, pues, en fin, el cristiano ideal, el cristiano a la vez nuevo y antiguo, que resolverá en su alma el problema del equilibrio vital, al hacer pasar toda la savia del mundo en su esfuerzo hacia la divina Trinidad?”[12].
Y en La misa sobre el mundo escribía: “A aquel que ame apasionadamente a Jesús oculto en las fuerzas que hacen crecer la tierra, la tierra lo levantará maternalmente en sus brazos gigantes y le hará contemplar el rostro de Dios”[13].
Parece que Francisco de Asís realizó este ideal. En su presencia en el mundo, reconcilió al hombre con su Creador, al hermano con su prójimo, al cristiano con el musulmán. Y lo hizo con una extrema sencillez: encontrando en Cristo la dulzura de Dios[14].
Francisco no sólo fue el primer fundador que puso en su Regla un capítulo sobre las misiones, no sólo fue el primer misionero moderno, sino que fue el primer promotor de la pedagogía del «diálogo de la vida» con aquellos que aparecían como el gran peligro de la cristiandad.
En este estudio sobre los franciscanos y sultanes en Marruecos. Relaciones entre el poder (al-sulṭān) y la obra religiosa y humanitaria de los frailes menores a través de los dahires he visto confirmada mi convicción que los hermanos menores en Marruecos, han aportado a la Orden Franciscana, a la Iglesia y a la Humanidad, un modelo a seguir en el diálogo con los musulmanes.
Hoy en día los frailes menores están en actitud de diálogo con la cultura y la religión islámica, y de colaboración con las instituciones locales. El camino del Evangelio encarnado en la vida, se transforma en servicio a toda humana criatura por Dios. Para los frailes menores la primera forma de evangelización siempre será «la predicación con la vida»: La Buena Nueva debe ser proclamada, en primer lugar, mediante el testimonio.
También hoy las relaciones entre cristianos y musulmanes en el reino de Marruecos están reguladas por un dahir otorgado a la Iglesia católica por el rey Hassán II[15].
El lenguaje del dicho dahir recoge tanto la historia de las relaciones entre cristianos y musulmanes en Marruecos como el presente de los encuentros mutuos:
“Desde tiempo inmemorial, un espíritu de entendimiento fraternal ha marcado siempre, en Nuestro país, las relaciones entre cristianos y musulmanes”.
Y en el preámbulo del documento leemos: “Nuestros antepasados han hecho de ello una regla de conducta que en ningún momento fue transgredida, cualesquiera que fuesen las vicisitudes del tiempo pasado”.
Sea lo que fuese de un pasado, el dahir acredita la voluntad de que, en Marruecos, “un espíritu de entendimiento fraternal” marque el presente que musulmanes y cristianos estamos viviendo: marque la historia que ahora estamos haciendo.
El Santo Padre Juan Pablo II afirma en su encíclica Redemptoris Missio con un tono fuertemente esperanzador:
«Nunca como hoy la Iglesia ha tenido la oportunidad de hacer llegar el Evangelio, con el testimonio y la palabra, a todos los hombres y a todos los pueblos. Veo amanecer una nueva época misionera, que llegará a ser un día radiante y rica en frutos, si todos los cristianos y, en particular, los misioneros y las jóvenes Iglesias responden con generosidad y santidad a las solicitaciones y desafíos de nuestro tiempo»[16].
El camino está abierto. El mandato misionero, mandato de ir y evangelizar, está dado en el mismo amor que envió al mundo al Unigénito de Dios. Este amor es el que determina las exigencias del mandato y la forma de la misión. Exigencias y forma se gestan en la gratuidad, en la generosidad, en la locura del amor de Dios. Si amas, a quien amas le ofreces lo que tienes: la vida de Dios, la vida eterna, el conocimiento de Cristo. Y en quien amas, respetas lo que él tiene: su cultura, su lengua, sus creencias, sus costumbres, sus miedos, sus cantos, su mesa, ¡su vida!
El presente trabajo intentó a aproximarnos al pasado vivido entre los cristianos y musulmanes, entre los franciscanos y sultanes, entre los creyentes del Dios Uno y Trino. El pasado complicado y marcado por tantos acontecimientos difíciles, pero lleno de ejemplos de la posible convivencia humana, del crecimiento en valores humanos, de la fe en Dios.
Y estoy convencido que la primera forma de nuestra misión entre musulmanes, la condición primera del mandato misionero, es la de entrar nosotros mismos por la puerta de la fe, convertirnos a Dios, y hacernos hermanos de todos.
[1] Orden De Hermanos Menores, El diálogo de los creyentes. Siguiendo las huellas de San Francisco, Curia General OFM, Roma 2006, 6.
[2] J. M. López, Catálogo bibliográfico de la Misión Franciscana de Marruecos, THAMC, Tánger 1924, 87.
[3] Tales como los dahires o firmanes y los salvoconductos expedidos por los sultanes de Marruecos a los franciscanos españoles para garantizar su seguridad en el país, que constituyen la colección más antigua del ADT y una de las más valiosas.
[4] La sección de Crónicas, Relaciones y Manuscritos, por ejemplo.
[5] Nombre que en el tiempo de San Francisco se utilizaba para definir a los creyentes musulmanes. Cf. RegB 12. Todas las citas de los escritos, biografías y documentos sobre San Francisco se tomarán de J. A. Guerra, San Francisco de Asís. Escritos. Biografías. Documentos de la época, BAC, Madrid 1980.
[6] Sultán – (ar. sulṭān); entre los musulmanes, representante impersonal de la autoridad. A partir de los selyúcidas, título personal de soberano. El primer sultán selyúcida fue Tugrïl Beg. Este título, el de mayor importancia después del de califa, fue adoptado por diversos soberanos musulmanes, sobre todo después de la caída del califato de Bagdad. Lo ostentaron también los mongoles, los otomanos y todos los soberanos de Turquía. Algunos juristas pretendieron que solamente los mamelucos de Egipto tenían derecho al título de sultán. Cf. Gran Enciclopedia Larousse, Planeta, Barcelona 1990, 10475.
[7] Cf. H. Koehler, “Franciscanos y Sultanes de Marruecos”: Mauritania 1(1950)15-16.
[8] Volumen Documental II/Anexos, Dh 7, 8, 9, 10, 11, 14, 15, 20, 21, 22 etc.
[9] Volumen Documental II/Anexos, Dh 13, 72, etc.
[10] Volumen Documental II/Anexos, Dh 38, p. 383.
[11] Volumen Documental II/Anexo, Dh 11, p. 356.
[12] TEILHARD DE CHARDIN P, Écrits du temps de la guerre, Paris 1965, Taurus, Madrid 1967.
[13]TEILHARD DE CHARDIN P, La messe sur le monde (Hymne de l’univers), Paris 1961 (trad. Cast. : Himno del universo, Trotta, Madrid 1996).
[14] Cf. LECLERC E., El sol sale sobre Asís, Sal Terrae, Santander 2000,102.
[15] Dahir del rey Hassam II, 25 rebia I 1404, correspondiente al 30 de diciembre de 1983. Véase texto francés en Anexo I; texto español en Anexo II.
[16] RMi 92.