Este ha sido el lema de la iniciativa del Círculo de Silencio que ha tenido lugar el miércoles 22 de enero 2025 en diversos puntos de la Archidiócesis de Tánger: Alhucemas, Asilah, Martil, Nador, Tánger.
Se sabe que los procesos migratorios no son fáciles, son complejos, poliédricos, forzados y ponen en juego la resiliencia y la capacidad de las personas para hacer frente a este desafío vital. El impacto psicológico para los migrantes es importante y saber acompañar estas situaciones es fundamental para su bienestar, el de las personas que dependen de ellas y también para la sociedad de acogida.
A pesar de todo estos desafíos, la propuesta del Círculo de Silencio esta vez era identificar los signos de esperanza que existen en medio de todos estos retos, en sintonía con el año jubilar que vivimos.

Cada participante, en las diversas ciudades, ha podido reflexionar, escribir y compartir sus propios pensamientos y experiencias al respecto.
El acto de sensibilización y denuncia concluyó en cada lugar escuchando la canción “Color esperanza”, de Diego Torres.