Diócesis de Tánger

Desde su mismo nacimiento, la Iglesia se ha acercado a la vida de los pobres a través de una multitud de instituciones, a través de las cuales, personas de todas las edades y categorías sociales, prestan un servicio generoso a los necesitados, y lo hacen muchísimas veces de forma totalmente gratuita.

Cáritas es una de esas instituciones.

La Iglesia no es sólo Cáritas, pero Cáritas es toda ella Iglesia. De ahí lo específico de nuestro servicio:

En Cáritas no somos ricos que ofenden a los pobres ayudándoles, sino pobres lo que comparten con otros pobres lo que tienen: tiempo – los pobres suelen tener tiempo que perder con otros pobres; humanidad – a los pobres les es más fácil cultivarla; afecto y recursos – eso es lo que se comparte.

El que nos llamó a seguirLe, es él mismo que nos ha de juzgar, es él que nos pide “vestir al desnudo, dar de comer al hambriento, dar de beber al sediento, visitar presos, visitar enfermos” … Y nadie interprete que haya dicho: Da de comer, si te sobra. Lo que dijo es: Da de comer, aunque te falte.

Nuestro compromiso con los pobres, más que respuesta a una necesidad social, es exigencia de amor a quienes la padecen. Sencillamente, el agente de Cáritas se hace siervo de todos, porque se reconoce siervo del Amor de Dios.

Cáritas es la evidencia corporal de la solidaridad amorosa de la Iglesia.

Naturaleza de la Cáritas diocesana de Tánger

            En virtud de los derechos reconocidos a la Iglesia Católica en la Carta Real de S. M. Hassan II al Papa, fechada el 30 de diciembre de 1983, y publicada en el Boletín Oficial de Marruecos el 19 de diciembre de 1984, Cáritas Diocesana de Tánger ha sido erigida canónicamente como asociación benéfico-social de la Iglesia Católica, por Decreto Arzobispal de 26 de mayo de 1997.